Aunque incrementan las donaciones y acciones filantrópicas que llevan a cabo, los magnates más ricos del mundo no logran detener el crecimiento de sus fortunas.
Warren Buffett se puso un desafío cuando esbozó su visión filantrópica al comienzo de esta década.
"A más tardar, los ingresos de todas mis acciones de Berkshire se gastarán en fines filantrópicos en 10 años después de que se liquide mi patrimonio", escribió en su carta 'The Giving Pledge' en 2010. "Nada irá a donaciones; quiero que el dinero se gaste en necesidades reales".
Esa tarea, la del obsequio al por mayor de una de las mayores fortunas de la historia, se ha vuelto más difícil. A pesar de que desde entonces Buffett ha cedido acciones de Berkshire Hathaway avaluadas en más de 30 mil millones al momento de las donaciones, su riqueza sigue aumentando. Buffett, que cumple 88 años hoy, tiene un patrimonio de 87 mil 100 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, un 86 por ciento más que al momento de la carta de 2010.
Y no es el único que quiere deshacerse de una mega fortuna.
Bill Gates y su esposa Melinda han dicho que su fundación privada homónima, la más grande del mundo, gastará todo su legado dentro de los 20 años posteriores a su muerte. El cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y su esposa Priscilla Chan dijeron en 2015 que planeaban entregar el 99 por ciento de sus acciones en la red social para fomentar causas filantrópicas.
Aún con miles de millones de dólares de donaciones por delante, sus fortunas son más grandes que nunca.
Gates, Zuckerberg y Buffett han agregado un monto combinado de 139 mil millones a sus fortunas desde 2010 ya que el valor de sus participaciones en empresas como Microsoft, Facebook y Berkshire ha aumentado.
'The Giving Pledge'
Un grupo creciente de multimillonarios filantrópicos están empezando a luchar con el problema. 'The Giving Pledge', un compromiso de los signatarios de regalar al menos la mitad de su patrimonio, ha reunido a 184 de las personas y familias más ricas del mundo, incluyendo a Elon Musk de Tesla, Michael Bloomberg, los cofundadores de Airbnb, y el desarrollador Stephen Ross.
Con la economía de Estados Unidos en auge y el mercado alcista que muestra pocas señales de decaer, el valor de esas promesas solo va en aumento.
"Muchos filántropos piensan en sus donaciones de un año a otro" en lugar de tener una visión a largo plazo, dijo Susan Wolf Ditkoff, socia y codirectora de la división filantrópica de The Bridgespan Group. Si bien el mercado de valores históricamente ha tenido una rentabilidad del 7 al 8 por ciento anual, "las donaciones anuales entre los filántropos más ricos no se acercan a esa cifra, y mucho menos a aportar la mitad de su riqueza dentro de sus vidas", señaló.
Aun así, los objetivos públicos que Buffett estableció están alentando a más filántropos a pensar en lo que tienen que hacer para lograrlos. "La buena noticia es que hay un número cada vez mayor de lugares atractivos para invertir en causas de cambio social", señaló Ditkoff. "No estamos en el lugar en que estábamos hace una década".
Es una buena noticia para Buffett que busca gastar su creciente fortuna. En lo que va de esta semana, ha sumado US$1.300 millones a su patrimonio neto.