El expresidente ejecutivo de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, falleció este miércoles, informó la familia del accionista controlador del fabricante de vehículos.
Marchionne, de 66 años, cayó gravemente enfermo tras sufrir complicaciones después de una reciente operación en un hospital de Zúrich.
Fue reemplazado como presidente ejecutivo el fin de semana pasado después de que Fiat Chrysler (FCA) informara que su condición había empeorado.
"Desafortunadamente, lo que temíamos ha sucedido. Sergio Marchionne, hombre y amigo, ha partido", informó en un comunicado John Elkann, presidente de FCA.
Las acciones de Fiat Chrysler caían cerca del 5 por ciento a las 06:29 horas de la Ciudad de México en la Bolsa de Milán.
Designado máximo responsable de Fiat en junio de 2004, Marchionne llevó al fabricante italiano del borde de la quiebra a la Bolsa de Nueva York, donde el 13 de octubre de 2014 hizo sonar la campana para marcar el debut de Fiat Chrysler, la compañía londinense creada cuando Fiat compró al fabricante de Detroit.
Al asumir en Fiat, Marchionne, que se definía como un componedor corporativo, era el quinto máximo responsable en menos de dos años.
Reemplazó a Giuseppe Morchio, que abandonó su cargo cuando la multimillonaria familia Agnelli se negó a otorgarle el título conjunto de presidente y CEO tras la muerte del entonces presidente Umberto Agnelli a causa de un cáncer.
Fiat repunta
Marchionne recibió una empresa automotriz que en 2003 perdió más de 6 mil millones de euros (7 mil millones de dólares). Para 2005, la empresa había vuelto a tener ganancias obteniendo unos 2 mil millones de dólares gracias a una alianza con General Motors, despidiendo a miles de trabajadores, lanzando nuevos modelos y reduciendo el tiempo que llevaba poner un auto nuevo en el mercado de cuatro años a apenas 18 meses.
En 2009, el Gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que Fiat tomaría el control de Chrysler, rescatando la compañía estadounidense de la quiebra.
“Era un tipo duro a la hora de trabajar con él, pero no me importa, salvó a nuestra compañía”, dijo Cass Burch, concesionario de Chrysler y Jeep de Georgia. “Merece una estatua de bronce”.
El acuerdo dio a Marchionne “un enorme sentido de responsabilidad”, comentó en una entrevista en 2011. Su oficina en el cuarto piso de la sede central de Fiat en Turín estaba decorada con un afiche en blanco y negro en el que se leía la palabra “competencia” y un grabado de Picasso con el lema “Cada acto de creación es ante todo un acto de destrucción”.
Durante su gestión en Fiat, Marchionne incrementó más de 10 veces el valor de la compañía reestructurando el negocio automotor y separando activos. Una de sus mayores escisiones fue la salida a bolsa en 2015 de Ferrari, el fabricante de súper autos, en el que Marchionne también ocupó las posiciones de máximo responsable y presidente.
Los modales directos y la actitud informal de Marchionne, rara vez se lo veía vestido de otra manera que no fueran jeans y un suéter negro, lo hacían destacar en una Italia acartonada.
Contador matriculado y abogado con la doble ciudadanía canadiense e italiana, Marchionne comenzó su carrera en Canadá en Deloitte & Touche, luego pasó al productor de embalajes Lawson Group. En 1994, se incorporó a Alusuisse Lonza Group, cuando la compañía química y farmacéutica suiza adquirió Lawson.
Tres años más tarde, como CEO de Alusuisse, escindió un negocio de medicamentos para crear Lonza Group, donde triplicó la ganancia en tres años. Más tarde consolidó su fama como especialista en reestructuraciones en SGS, una compañía de ensayos de productos con sede en Ginebra controlada por la familia Agnelli.
Marchionne y su exesposa, Orlandina, tuvieron dos hijos, Alessio y Jonathan. Su actual pareja, Manuela Battezzato, trabaja en la oficina de prensa de Fiat Chrysler.