El director de la Oficina de Administración de Presupuesto, Mick Mulvaney, consideró que el muro costará entre ocho y 25 millones de dólares por milla, lo que significaría que alcanzaría hasta 50 mil millones de dólares.
Según la página de contratos oficiales del gobierno estadunidense, en febrero se esperaba que la construcción del muro fuera de unos seis y medio millones de dólares por milla, pero Mulvaney declaró ayer en entrevista que en algunos tramos costará casi cuatro veces ese estimado.
El muro, estimado en dos mil millas de extensión, podría costar entre ocho y 25 millones de dólares por milla, esto es entre unos cinco millones y medio y cerca de 17 millones de dólares por kilómetro, según calculó el funcionario.
Si el costo por milla es de 8 millones de dólares, el precio de la barda prometida por Donald Trump sería de 16 mil millones de dólares, pero si es de 25 millones de dólares por milla, como también lo prevén algunos contratistas, la cifra sería de alrededor de 50 mil millones de dólares.
Mulvaney declaró que “no se ha decidido” el tipo de barda que se va a construir, pero adelantó que en algunos tramos tendrá que ser un muro a través del que se pueda ver.
Esa declaración coincide con la del secretario de Seguridad, John Kelly, al realizar un recorrido por la frontera en febrero, cuando dijo que los agentes fronterizos preferían “una barda por la que pudieran ver hacia el otro lado (de la frontera), para mejorar respuestas”.
El administrador de Presupuesto comentó ayer que la variación en el costo de construcción “depende del tipo de muro que quieras construir; se puede hacer de acero, se puede hacer de concreto, se puede hacer una combinación de hormigón y acero; se puede complementar con diferentes tipos de tecnologías”.
Ayer, el gobierno de EU comenzó a recibir solicitudes.
Se calcula que empresas de al menos 41 entidades de Estados Unidos, el Distrito de Columbia y Puerto Rico pujen por la construcción del muro. Entre las empresas están unas 40 que son estadunidenses-latinas.
Por otra parte, el Centro de Estudios de Migración cuestionó la construcción del muro pues dijo que desde 2007 son más los inmigrantes que llegan con visas temporales que los que cruzan la raya fronteriza clandestinamente.
Donald Kerwin, autor de un estudio, señaló que casi dos tercios (66 %) de los nuevos inmigrantes ilegales entraron con visas temporales y permanecieron en el país después de su vencimiento o violaron de alguna otra manera las condiciones de sus documentos de entrada.
En 2014, del total de indocumentados que había en el país, 42% había entrado legalmente pero después sobrepasó el tiempo de vigencia de sus documentos y se quedaron.
Kerwin subrayó que “no parece una buena idea” construir un muro para frenar la inmigración ilegal, si la mayoría de los inmigrantes no entran al país por la frontera terrestre con México. | Excélsior