La labor de un entrenador de los deportistas es muy importante, tanto en los que se dedican a trasmitir consejos a los que se inician en la práctica de algún deporte, ya que se debe plantear siempre desde una perspectiva educativa. Por lo tanto, sus capacidades como formador y comunicador, así como su vocación para enseñar a niños y jóvenes es tan importante o más, que sus capacidades y conocimientos técnicos del deporte específico que practiquen.
Un entrenador tendrá que tener como base la educación a los niños en una serie de valores, tales como la solidaridad, el compañerismo, la amistad y el respeto al adversario y también desarrollar las capacidades deportivas de éstos. Por lo tanto, los resultados a corto plazo se tienen que considerar siempre como una cuestión secundaria.
El deporte ha sido considerado tradicionalmente un medio apropiado para formarse en valores de desarrollo personal y social; superación, integración, respeto, tolerancia, aceptación de reglas, perseverancia, trabajo en equipo. Mucho de esto se pudo observar durante la Olimpiada Nacional 2015, donde varios deportistas vieron reflejado el trabajo subiendo al podio.
Otros más, si bien no ganaron una medalla, sí quedaron satisfechos por haber mejorado sus marcas o tiempos, subir de nivel. Algunos se quedaron tristes por no lograr el objetivo, unos más contentos por la experiencia que tuvieron y que servirá para su carrera deportiva y otros más que deben sentirse mal porque no lograron competir.