Esta persona es muy respetada dentro del taekwondo nacional por buscar que las cosas sean como lo manda el reglamento, y no lo hace por cuestiones de criterio sino porque conoce las reglas. Y comenta: “Tengo 23 años de andar en esto y empecé a arbitrar a los 17. Por pura casualidad, me dijeron ayúdame; me gustó y desde entonces me dedico al arbitraje. Tengo carnet internacional desde el 2009”.
Gloria Palomo recientemente estuvo tomando un curso en Suecia y lo hizo con recursos propios, todo con la finalidad de prepararse en el nivel internacional porque sabe que esto le permitirá ser convocada para eventos fuera del país. El seminario que tomó en tierras europeas fue de poomse, así que está capacitada en las dos modalidades; primero tomó varios cursos de combate.
La directora del Colegio de Árbitros de la Asociación Morelense de Tae Kwon Do comentó: “Este examen fue muy importante porque hubo algunos cambios para la Olimpiada Nacional y a donde haya organización de eventos de poomse. Por eso era necesaria esta capacitación; además fue muy importante ir al seminario porque ahora ya tengo los dos grados de arbitraje más altos a los que se puede aspirar en este país”.
Gloria Palomo está apta para ser juez en justas importantes como los Juegos Panamericanos de Guadalajara; sin embargo, tiene que ser decisión de la Federación Mexicana de Tae Kwon Do de mandarla. En México, aparte de la morelense, existen cuatro personas más que tienen las dos clasificaciones y son Martín Corona de Jalisco, Mario Ruiz de Michoacán, Elva Monroy del Estado de México y Juan Carlos Jiménez de Morelos.
Entre los planes de trabajo de Gloria Palomo, está el de capacitar en Morelos a más árbitros por medio de la Asociación de Tae Kwon Do del Estado de Morelos, a cargo de Gilberto Pimentel Robles. La profesora dijo: “Se ha invitado a los integrantes de los diversos clubes afiliados a que se capaciten, primero, para tener mayor cantidad de jueces en el estado y, después, mandar a justas nacionales porque es necesario. En pasado evento realizado en Oaxtepec, solo éramos cuatro; los otros 36 vinieron de otros estados y UNAM y DF”.