¡Otra vez metiéndole mano por Acámbaro, Michigan, "vatos locos"! ¿Qué peluche, guerreros del edredón, amantes del "tacuche"? Saludándolos como siempre desde la "trinchera" más leída. No desaceleren porque otra vez les traigo buen cine, el "Topo Gigio" de hoy seguro va a generar polémica, "chiquillos" y "chiquillas" (disculpe mi lector si esta frase le trae malos recuerdos. Créame que no fue mi intención) pero, a ver, pasen corriente con sus comentarios a través de nuestra página web www.launion.com.mx.  ¿Qué tema quieren que le demos gas? y su "primera pluma" como siempre los habrá de complacer. Ya sabanas pa’ qué colchas.

Consideren, cuates lectores, desmenuzar la diferencia que hay entre hombres y mujeres para manejar el estrés. De entrada, tenemos que decir que los cambios emocionales en la mujer tienen una variación considerable por el acostumbrado ciclo menstrual. Este periodo natural mensual en algunas féminas desata comportamientos en ocasiones inexplicables. Esto, mi brother, provoca un radical cambio en la tolerancia hacia los diferentes indicadores de estrés que enfrentamos todos.

Está más que comprobado que influye nuestro sistema hormonal en el manejo de las emociones, de ahí que se desprendan comentarios que en la época de calor aumentan (por si usted no lo sabía, su majestad) los delitos sexuales.

En ese mismo sentido, los usuarios de esteroides, además de volverse adictos a los derivados de la testosterona (hormona masculina sintética) también anímicamente viven la plena distorsión emocional. Una mayor producción de hormonas genera más estrés. Entonces ahora sí me pueden entender que cuando la mujer está en su periodo o en su "mezquital" (como se dice vulgarmente) podrían llegar a tener decisiones drásticas de las cuales muchas veces tendrán que arrepentirse. Hay que recordar, querido lector, que cualquier cambio hormonal influye sustancialmente en nuestro sistema nervioso central. También, ah, me olvidaba y seguramente usted no lo sabe, los anticonceptivos, jefe, y la píldora del "día después", estas que consumen algunas adolescentes como si fueran dulces, provocan también deterioro no nada más a nivel físico sino también emocional. Otra vez es evidente que las hormonas andan pa’ rriba y pa’ bajo como calzones... Y ni qué decir de otros tantos detonantes del estrés, su majestad. ¡Ya sabe! -la falta de dinero, la pandemia en este histórico momento, el ajetreo propio de esta sociedad esquizoide, donde todo mundo quiere "acarrear" agua únicamente para su pocito- provoca situaciones que "ni te oigo"; sin embargo, hay diferencias específicas en el manejo del estrés entre nosotros y ellas. Hay que decir que muchas damitas heroínas sin duda alguna son el sostén de la casa, muchas de ellas tienen que sacar avante a sus "chiquitines" porque el monstruo con el que los tuvo los abandonó. Es obvio que nos desenvolvemos dentro de un estrés constante que va a repercutir en otros sectores de nuestra vida. Ahí va ese manojito de nervios correteando la chuleta para llevarle algo a sus cachorros; tiene que pagar la renta y ni un clavo le queda de la quincena. Muchas damitas madres solteras o que determinadas circunstancias las llevaron a quedarse sin el apoyo de un hombre andan trabajando como auténticas y verdaderas esclavas, mi lector. Además, viven expuestas ante el acecho, el acoso de "calenturientos" monstruos que, como ellos dicen, "les traen hambre". ¡Chale!  ¡Hay que respetar a las mujeres, carnalitos, no manchen! Acuérdense de sus hermanitas, de su jefa. 

Nosotros los hombres nos estresamos por la falta de trabajo y sus consecuencias, como no traer ni un clavo ni para envenenarse ¡esta cañón!

Otro detonante de estrés en nosotros los hombres y para las mujercitas también es la precaria producción de hormonas, la menopausia en ellas y la andropausia en nosotros. Menos vitalidad, menos capacidad de recuperación.

¡En fin! todo esto se suma a la gran cantidad de estresantes que día con día ellas y nosotros tenemos que enfrentar y que como reiteradamente lo he dicho ,se relaciona directamente con nuestro comportamiento. Ahí se las dejo de tarea. Se despide de ustedes su reporñerazo favorito.