Pinot, con lágrimas en los ojos, se paró tras una hora de carrera, y haber recorrido unos 30 km, en esta etapa entre Saint-Jean-de-Maurienne y Tignes, la segunda de la trilogía alpina.
El año pasado, Pinot había conocido una desgracia parecida al final del Giro, cuando ocupaba la tercera plaza en la mañana de la penúltima etapa.
Al inicio de la etapa, el francés recibió cuidados médicos en un muslo, donde se le colocó un vendaje, pero el líder del equipo Groupama-FDJ debió dejar partir al pelotón.
Relegado a cola de carrera, Pinot fue consolado por su compañero William Bonnet antes poner pie en tierra y subir en la parte trasera del vehículo de su equipo.
“Thibaut sufre una lesión muscular en el muslo izquierdo”, explicó después su equipo Groupama-FDJ. “Terminó la decimoctava etapa con un dolor importante y tenía dificultades para andar”, añadió.
Su equipo sabía desde el jueves que no podría luchar en igualdad de condiciones, debido a un incidente anodino, con pesadas consecuencias.
“El jueves por la mañana, sabíamos que sería complicado pero logró pasar esa jornada difícil. El viernes teníamos esperanzas, pero el dolor fue más fuerte que todo. Y con esta salida rápida y difícil que hubo además”, declaró su director deportivo Philippe Mauduit.
“Evitó una caída hace dos días y chocó contra el manillar”, precisó el director deportivo.
Dominador en los Pirineos, brillante vencedor de la decimocuarta etapa en la cima del Tourmalet, Pinot ocupaba la quinta plaza a 1 minuto y 50 segundos de Julian Alaphilippe, pero a solo 20 segundos del segundo en la general, el colombiano Egan Bernal.