El jefe de dicha oficina, Jesús Hernández Mendoza, recordó que los ojos, brazos y manos las partes del cuerpo que resultan más afectados por el calor, el fuego, las chispas o la explosión, aunque también son frecuentes las lesiones en los órganos genitales cuando los petardos son guardados en el bolsillo del pantalón.
Destaco que el estruendo provoca la muerte de las células sensoriales que se encuentran en los oídos, que no se regeneran, por lo que se recomienda proteger los oídos de los niños colocándole tapones del tipo que se usan para ir a nadar. De la misma manera llamo a cuidar a las mascotas, ya que su calidad auditiva es muchísimo más sensible que la de los seres humanos.
Dijo que en los últimos años muchas  personas, en su mayoría niños, han sido víctimas de accidentes por uso inapropiado de estos artículos, debido a que los petardos poderosos suelen provocar destrucción de algún dedo y los fuegos artificiales quemaduras en la piel.
Es por ello que insistió en la necesidad de que los adultos sean vigilantes de sus hijos si es que deciden comprarles cohetes para que se diviertan, para lo cual se deberá tomar en cuenta que  los niños nunca deben manipular pirotecnia.
Hernández Mendoza manifestó que la venta de artículos pirotécnicos de alto poder está prohibida a menores de edad, aparte de que deben quemarse en lugares abiertos, lejos de edificios, y no deben guardarse en los bolsillos, ni lanzarlos contra muros, cajas de luz, vehículos o materiales inflamables. Cuando un producto no explote, no debe tocarse aunque la mecha parezca apagada. Por el contrario deberá ser mojado con agua.
Dijo que desafortunadamente la quema de productos de pólvora durante esta temporada se considera una tradición, aunque mal llevada, debido a la falta de vigilancia de parte de las autoridades municipales.