Dijo que debido a la temporada de lluvias  atípica, las presas no se llenaron, “al día de hoy las presas se encuentran a un 65 por ciento de su capacidad,  es una capacidad por debajo de lo que en promedio a estas alturas del año se tiene, desafortunadamente las presas no alcanzaron a llenarse durante la temporada de lluvias”, indicó.
Manifestó que a pesar de que hubo periodos de lluvia por arriba del promedio, en general su irregularidad ocasionó un déficit que impactará en los cultivos para el próximo año.
“Tuvimos una temporada atípica, muy extraña, un comportamiento muy irregular, el año cierra con una precipitación por encima del promedio, tenemos una precipitación acumulada de casi mil milímetros de agua en Morelos. El promedio es de 980 (y) aunque en promedio tenemos por encima de lo que normalmente ocurre, la realidad es que tuvimos lluvias muy irregulares, meses con mucha precipitación, meses con muy escasa precipitación, particularmente en el mes de julio tuvimos una disminución de las lluvias que afectó en gran medida a la agricultura de Morelos”, agregó.
Valencia Vargas recordó que los periodos de sequía, lluvia y granizadas ocasionaron siniestros en los cultivos de sorgo, maíz, arroz y caña, entre otros. “En el mes de julio llovió sólo el 60 por ciento del agua que llueve en promedio, en uno de los meses más lluviosos y su distribución geográfica también afectó, de manera que tuvimos afectaciones importantes para la agricultura por la irregularidad de las lluvias”, abundó.
Para el 2016, el panorama tampoco es alentador, debido a la persistencia del fenómeno del Niño, el cual ocasionará mayor inestabilidad climatológica con resultados negativos para la agricultura, “el Niño se espera que se siga incrementado, así es que prevemos que para el siguiente pudiera haber también un comportamiento muy irregular, así que hay que estar preparados porque pudiéramos tener una afectación en la agricultura derivado de esta irregularidad en las lluvias”.