Luego de asegurar que la cifra de 150 cadáveres sepultados en las fosas comunes en el panteón de Tetelcingo, que contrasta con los 118 que reconoce la Fiscalía General del Estado (FGE), fue extraída de un reporte de la Policía del Mando Único, cuyos elementos, ese día, acompañaron a los funcionarios de Servicios Periciales a realizar la inhumación de presuntos cadáveres que permanecían en calidad de desconocidos.

Así lo destacó Amalia Hernández, familiar del comerciante desaparecido y asesinado Oliver Navarrete Hernández, quien asegura que desde el principio pidieron al gobierno del estado investigar a fondo esas tumbas. Indicó que por información de los vecinos, en el panteón de Tetelcingo podría haber una tercera fosa común, situación que tendrá que aclararse.

“Lo dijimos en un principio, no queríamos que nos creyeran, queríamos que investigaran, aquí están, las situaciones, los cuerpos; no hay más que abrir estas fosas y hacer los estudios de genética”, indicó.  

Señaló que al menos ese dato tiene el sustento de un reporte policiaco, sin embargo las aseveraciones de la autoridad sólo se han hecho de palabra. “Sustenta su dicho, porque de hecho no ha mostrado ningún documento, está diciendo el fiscal, es un teléfono descompuesto aquí. Cuando tiene la obligación de mostrar una documentación, mostrar las carpetas, mostrar el protocolo que siguieron para inhumar estos cuerpos”.

Reiteró que sus afirmaciones, siempre han sido sustentadas en la documentación que existe en el expediente de su familiar. “Si se mencionaron 150 cuerpos fue en parte a una tarjeta informativa por parte de la policía. El policía ya declaró y ahora dice que no es cierto, lo llaman mentiroso y llaman mentirosos a las autoridades de Cuautla por decir que este panteón está sin funcionamiento lícito. Aquí no hay más que pensar que probablemente al policía no sé si ya lo amenazaron, lo golpearon, o lo coaccionaron para que él cambiara su declaración”.

Los familiares de Oliver Navarrete reiteraron la solicitud de apoyo a la ciudadanía, ante el temor de sufrir un atentado por seguir impulsando el expediente de Oliver, pues hasta ahora, la autoridad no ha resuelto la investigación de por qué su familiar fue enviado a la fosa común, cuando ya estaba identificado mediante pruebas de ADN.