Al ser contratada en 2012, Angie firmó con su nombre oficial masculino, y durante un año y medio no tuvo ningún problema con sus jefes por su preferencia sexual o su apariencia física, más allá del acoso laboral que sufría por parte de algunos compañeros de trabajo. Sin embargo, con un cambio de gerente ocurrido en 2014 las cosas cambiaron para mal, y lo que empezó con un primer descenso jerárquico que la llevó a tener que aceptar un puesto como cajera, terminó con un despido que se vio obligada a firmar luego de permanecer encerrada e incomunicada en una oficina por más de una hora y media, en tanto el gerente, Javier Sierra, la presionaba para formalizar su renuncia.
En busca de que se haga justicia con su caso, Angie Vilchis aseguró que denunciará a la empresa transnacional cuya sucursal se ubica en la plaza Los Atrios del poblado de Tetelcingo por privación ilegal de la libertad, en tanto que lamentó que este tipo de situaciones sigan existiendo en las empresas, donde la homofobia y la transfobia de ciertos directivos impide que las personas homosexuales y transexuales se desempeñen de forma profesional.