Por su parte, el regidor de asuntos Agropecuarios del municipio de Cuautla, Silvestre Sámano Ríos, rectificó esta declaración de la población campesina afirmando que los saqueos al campo de todo el municipio continúan latentes y que aunque nadie se escapa del robo para consumo propio, por las noches el producto es robado para luego venderlo en el mercado.
El también presidente del Comisariado ejidal de Casasano, Sámano Ríos, indicó que en ese campo se registra cerca de un 35% de saqueo en las parcelas, “la vara de la caña se la roban para forraje, se han llevado tractores, arados, las bombas de fumigar. Los viveristas también sufren de esta inseguridad con el robo de sus camionetas y sus plantas”, detalló.
Un productor de calabazas en el campo de Cuautlixco indicó que es común que los campesinos puedan “dar una que otra hortaliza, pero eso no les basta, a veces se llevan por cubetas cuando uno no está en sus parcelas y hasta se enojan si uno les dice algo y no les importa. Cuando sembramos gladiolas, también se las llevan por manojo y las venden”.
En las lomas del ejido de Cuautlixco los productores indicaron que los asentamientos irregulares cercanos por personas provenientes de estados como Oaxaca, Puebla y Guerrero, favorecen al robo de las cosechas, sobre todo cuando su precio es elevado, aunque precisaron que no es exclusivo de esta zona sino de todo el municipio.
Los elotes y el maíz es lo más codiciado entre los amantes de lo ajeno, lo que ha derivado en la disminución de siembra de estos cultivos, aunque revelaron que todos los productos son vulnerables, “a veces podemos regalar alguna caña, por ejemplo, pero cuando abusan y les reclamamos, hasta las queman en señal de venganza por no dejarlos cortar” señaló un joven campesino, quien ha sido testigo de estos robos y quien hasta ha recibido amenazas por cuidar “en extremo” las parcelas.
“Pagamos velador, pero sale más caro de lo que de por sí ya es sembrar en estos días, estar cuidando las parcelas de gente que no sabe respetar el trabajo de otros, esto pasa en todos los ejidos y aunque no siempre son los migrantes de otros estados, la mayoría de los casos se dan a causa de las colonias irregulares que existen en el campo, indicaron campesinos.
Por su parte, Sámano Ríos opinó que “sería bueno que la Policía Rural y Montada que existió hace muchos años, volviera a implementarse. La policía entra, conoce los terrenos y se dan sus vueltas, pero esto requiere de más elementos y patrullaje”.