El objetivo es protegerlos de los riesgos de contaminación, invasión y sobre explotación, para garantizar el uso sustentable de las aguas subterráneas de la región oriente de la entidad, señaló Jorge Malagón Díaz, director general del Organismo de Cuenca Balsas de la Conagua, quien destacó la importancia estratégica de los manantiales, debido a que en los últimos 30 años se ha registrado una importante disminución en su caudal y en algunos casos se ha llegado a su desaparición.
Señaló que para hacer un uso sustentable de las aguas subterráneas, la Conagua inició la delimitación de las zonas de protección, e inició en el acuífero Cuautla-Yautepec, donde hay una gran competencia por el agua.
Durante la segunda sesión del Comité de Cuenca del Río Cuautla (CCRC), el director general del Organismo de Cuenca Balsas de la Conagua, manifestó que se realiza un estudio geohidrológico con el fin de identificar las zonas de protección de 60 manantiales en los municipios de Ayala, Cuautla y Yautepec, “y cinco más localizados en la periferia de Yautepec y Ayala, dando un total de 65 manantiales: 26 en Ayala, 22 en Cuautla, 12 en Yautepec, cuatro en Tlayacapan y uno en Tepalcingo”.
“En qué consiste esta protección, bueno bien definido dónde está este manantial y cuál es la zona que aporta este manantial, evitar al máximo cualquier tipo de contaminación o explotación que pudiera afectar sensiblemente a estos manantiales, en esto consiste principalmente este estudio geohidrológico que ha hecho la Conagua, porque son importantes para los usos principales de la cuenca, el público urbano y uso agrícola”, agregó en entrevista.
Malagón Díaz, destacó que con base en los resultados fueron definidas tres zonas de protección; la “A” con carácter inmediato, la “B” de restricciones máximas y la “C” contra afectaciones en cantidad.
Detalló que la zona A busca proteger los manantiales contra derrames o infiltraciones directas cercanas, así como impedir el acceso a personas y animales que pudieran contaminar la naciente natural del agua. La zona B, de restricciones máximas, protege un área en torno al manantial en la que cualquier contaminación bacteriológica lo alcanzaría en menos de 50 días, es decir, de agentes patógenos que en ese lapso se llegan a degradar, como el uso de herbicidas, pesticidas, almacenamiento de estiercol, y la zona C contra afectaciones en cantidad, tiene como objetivo garantizar que no se disminuya la cantidad de agua que nace del manantial.