En voz del titular del área, Gonzalo Sánchez Hernández, estableció “que se evite la acumulación de cacharros dentro de las casas y se mantenga un programa de fumigación.
Niños y niñas, al tener un menor volumen en su cuerpo, el veneno alcanzan mayor concentración, mientras que en los ancianitos está el hecho de que han disminuido sus defensas, están más vulnerables por enfermedades tales como diabetes, desnutrición o deshidratación”, agregó.
Además, observó que “hay lugares donde no hay acceso fácil a un transporte, pero se necesita atención inmediata, cuando se recibe un ataque de esta naturaleza, por ello la población debe de ser precavida para poder acceder a los servicios médicos en tiempo corto y, por consecuencia, se le aplique la atención requerida”.
Explicó que “en este tipo de casos bajo ninguna circunstancia es recomendable que se aplique algún tipo de remedio casero, pues ello podría causar empeorar la situación, pues causaría el retraso de la atención médica a través de la aplicación de la inyección antialacrán que se tiene disponible en centros de salud”.