Desde poco antes del medio día el grupo de inconformes, provenientes de Orizaba, Veracruz, colocó el ataúd con el muerto en medio de la calle e impidió la circulación vehicular para presionar a las autoridades a que les diera una solución, después de 24 horas de ser ignorados.
Aunque no rebasaba el medio centenar de manifestantes, los aguerridos dolientes provocaron un severo congestionamiento vial durante más de cuatro horas.
Señalan que un autobús de la línea Oro atropelló a las 7:00 de la mañana de este domingo a Gabriel Martínez Hernández, de 26 años de edad, dedicado, igual que el resto de sus compañeros, a la venta de plantas en la vía pública. Dijeron que por ser indígenas los habían estado ignorando durante más de 24 horas, razón por la que decidieron tomar las calles para ser escuchados.
Dijeron que era urgente pagar 40 mil pesos del traslado del cuerpo hasta Orizaba, Veracruz, y la empresa se negaba a dar la cara, en tanto que en la Subprocuraduría de la Región Oriente el conductor del camión ya había sido dejado en libertad.
Más tarde se trasladaron a la Glorieta Niño Artillero de la avenida Reforma Sur, donde retuvieron dos autobuses de la línea Oro, complicando la circulación vehicular. Media hora después, fueron llamados a la subprocuraduría para iniciar los trámites para el pago de los gastos, con lo que liberaron las calles.
El cuerpo del difunto fue reubicado de la calle a la entrada de la terminal de autobuses y después subido a una carroza para ser trasladado.