Aunque autoridades estatales han asegurado que su presencia obedece a la intención de mantener la tranquilidad en ese lugar y de dar continuidad a las mesas de diálogo con el grupo de inconformes que se resisten a dicha obra, los opositores afirman lo contrario, pues aseguran que el operativo policíaco rompe los acuerdos que se habían establecido.
Los inconformes aseguran que se mantendrán en el plantón, ubicado a dos kilómetros de una de las entradas a la comunidad, y a un kilómetro del terreno donde se construye la termoeléctrica; dijeron que están pidiendo el apoyo de organizaciones sociales de otras entidades, así como de estudiantes, para fortalecer su movimiento.
En el lugar donde desde hace cinco meses se mantenía un retén para impedir la entrada de trabajadores y contratistas de la CFE, los opositores al proyecto aseguran que no todos los pobladores han aceptado dar el respaldo, y que muchos de los que aparecen como firmantes, los han convencido con despensas.
Afirman que la presencia policíaca está violando sus derechos humanos y acusaron al gobernador Graco Ramírez de no cumplir con su promesa de resolver el conflicto mediante el diálogo, pues éste “ha sido ficticio, nos han pedido ir a la termoeléctrica y fuimos; que vayamos a verlo; hemos ido y ahora nos manda a la Policía”, señaló uno de los interlocutores que este miércoles dialogó con un visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM).
Ante la propuesta de establecer una mesa de diálogo en las instalaciones de la CDHEM en Cuautla, el rechazo fue unánime y exigieron un diálogo directo con el mandatario estatal, pero en el poblado de Huexca. A esa manifestación se sumaron representantes de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, del Movimiento Nacional de Pueblos Indígenas y estudiantes de escuelas de las comunidades cercanas, entre otros.