A nombre del grupo, Martín Rodríguez Escobar estableció que ellos adquirieron 80 terrenos ya lotificados, “pero hace algún tiempo, un grupo de personas comenzaron a medir y les dijeron que sólo eran trabajos para hacer el plano de ese asentamiento ya habitado”.
Al paso del tiempo, los habitantes se cansaron del fétido olor en la zona y comenzaron a dejar sus construcciones; “en mi caso, decidí dejar mi casa e irme a rentar una vivienda, pues el olor era ya insoportable y ello afecta a mi nieto”.
Rodríguez Escobar sostuvo que “de los compradores de estos terrenos, yo fui el último que se quedó viviendo y les avisé a todos ellos, de manera que nos pusimos a trabajar para rescatar nuestro espacio; pero el 27 de septiembre se presentó una mujer, acompañada por otras personas y policías, nos mostró un supuesto título parcelario que les ampara y nos sacaron.
“Ellos dicen que hace dos años adquirieron ese terreno, pero la verdad no creo, porque cuando yo estaba viviendo ahí, ellos estaban midiendo, yo ya vivía ahí desde 1998”, recordó.
El espacio, de 30 mil metros cuadrados, “fue desocupado y ahora nos llevamos esta sorpresa desagradable, al grado de que hoy no puedo entrar a mi casa, lo cual es inaceptable”, observó.
“Circularon, me cerraron la puerta y quien lo hace son gente que supuestamente son contratados por el señor Gregorio, de quien desconozco sus apellidos”, dijo.
El grupo fue entrevistado durante una entrevista con la síndico municipal de Cuautla, Juanita Guerra Mena, a quien pidieron su apoyo para mantener acciones que impidan la pérdida de su patrimonio.