El problema inició luego de que el presidente municipal constitucional, Pablo Galván Hernández, pretendió regresar a la alcaldía tras competir por una diputación local; sin embargo, los integrantes del cabildo le impidieron físicamente su acceso a la presidencia.
En su lugar siguió despachando su suplente, Enrique Tenco Rosas, a pesar de que había concluido la licencia solicitada por el presidente municipal; pero éste finalmente solicitó una licencia definitiva al cargo, por lo que los integrantes del cabildo, pasando por los ordenamientos legales, nombraron a su compañero como presidente municipal.
La Ley Orgánica establece que “si faltare o se encontrare imposibilitado (el presidente municipal), el Congreso, a propuesta de la terna que remita el Gobernador del Estado y por aprobación de las dos terceras partes de los integrantes del Congreso, se designará al sustituto”. Sin embargo, los integrantes del cabildo hicieron el nombramiento y sólo acodaron informar de ello a los poderes Ejecutivo y Legislativo estatales.
En una sesión de cabildo abierta se acordó que como síndico quedará Abel Villanueva y los regidores Luis López Martínez, Alfonso Gil Nava y Octavio Galván Vargas mantuvieron su posesión.
A pesar de ello, el regidor Octavio Galván Vargas sostuvo que “nosotros, como cabildo, y una comisión de ciudadanos, fuimos al Congreso y el gobierno del estado, de manera que todo se ha hecho conforme a la ley, todo en apego, no nos brincamos nada, todo bien fundamentado, artículo por artículo y ley por ley”.
Durante la sesión de cabildo se escucharon voces que pidieron el cese del secretario de Seguridad Pública, a quien señalaron de trabajar bajo las órdenes de Pablo Galván Hernández.