De acuerdo con la denuncia de los vecinos, entre ellos Alejandro García Hernández, así como ayudantes municipales de varios periodos, al paso del tiempo esta colonia se ha convertido en una “mini zona de tolerancia”, donde también se ha generado de manera paralela el consumo de drogas.
Para la autoridad, la reapertura del bar “no ha violentado la ley”; en esta área de la ciudad existen entre diez y 12 espacios de esa naturaleza.
Contrario a lo señalado por los vecinos, para la autoridad municipal, incluso se han recibido escritos donde se dan muestras de apoyo a este tipo de negocios, aunque éstos no fueron mostrados.
En tanto, vecinos de la colonia Francisco I. Madero –quienes pidieron el anonimato– señalaron que, “en efecto, nos pidieron copia de nuestra credencial de elector y firma y nos dijeron que sería para recibir un beneficio, pero jamás para que diéramos nuestro apoyo para que sigan funcionando este tipo de negocios en las cercanías de nuestras casas”.
El asunto fue denunciado hace algunos meses por parte de vecinos ante el presidente municipal, Luis Felipe Güemes Ríos, a quien le manifestaron, en reunión celebrada en el ex convento de San Diego, que se encuentran hartos por los escándalos. Aprovecharon una reunión con comerciantes para exponer su inquietud.