Dijeron que aunque los camiones recolectores del municipio ahora llevan los desechos al relleno sanitario denominado “Rancho Coronel”, del municipio de Tlaltizapán, también existen muchas camionetas particulares que realizan la recolección de basura en las colonias a cambio de un pago, las cuales la tiraban en ese lugar, sin pagar nada, por lo que se teme que ahora la basura la dejen en cualquier lugar solitario.
Sin decir sus nombres, “por temor a ser objeto de represalias por parte de dichos recolectores”, los vecinos señalan que han observado “montones de basura” a lo largo del camino que lleva al basurero clausurado. Sin embargo, no saben precisar si esa basura ya estaba desde antes o fue abandonada después del cierre.
Fundamentan sus sospechas en el hecho de que dichos recolectores de basura privados se han escudado en algunas organizaciones y partidos políticos para lucrar con el servicio, sin pagar por el confinamiento de los desechos.
Es por ello que hicieron un llamado al Ayuntamiento de Ayala para que garantice que no habrá tiraderos clandestinos a partir del cierre del basurero, mediante la implementación de operativos de vigilancia, a fin de no crear un nuevo conflicto de contaminación ambiental más grave que el que provocó el basurero cerrado.