“Debido al impacto de saberse enfermas, el equipo busca prepararlas, con la ayuda de un grupo de psicólogos, para que asimilen y sobre todo sepan que pueden curarse”, comentó.
Hernández García, quien forma parte de un grupo que lleva información a diversas comunidades, estableció: “estamos recorriendo todas las colonias que pertenecen a Tetelcingo, porque esta campaña la estoy avocando a la mujer indígena, venimos en cada visita con una plática de prevención y les decimos cómo pueden autoexplorarse sus senos”.
Todo esto, aseguró, “es para que ellas puedan detectarse cualquier anomalía que encuentren. Posteriormente pasan a la unidad móvil y se les realizan los análisis del virus del papiloma humano, de papanicolaou y la exploración de mamas”.
Aquí, agregó, “lo más importante es que estamos haciendo una gran cadena de vida con las mujeres, para que pasen la voz y para que todas se hagan el examen porque tenemos un lugar no muy deseado de muerte de cáncer de mama a nivel nacional, por eso queremos que eso se erradique en Morelos”.
Respecto a las condiciones que han causado este problema, comentó que “encontramos muchos factores. El primero de ellos en las comunidades indígenas es el machismo, donde los esposos no permiten que su pareja vaya a hacerse el examen, por ello aquí es labor de convencimiento, que ellas se vayan hacer el estudio y porque tienen familias, deben procurar salvar su vida capacitándose y en caso de encontrar algo anómalo canalizarse al lugar correcto”, señaló.
“Otro factor que actúa en contra es la desinformación, piensan que no es importante, pero si comenzamos a conocer nuestro cuerpo, vamos a prevenir este mal. Se trata de una enfermedad que es curable, por ello es importante, de preferencia detectarlo a tiempo”, observó.
Si bien, la mujer tiene miedo a recibir información que le confirme que está enferma, “con todas las que hemos platicado, tienen la idea de seguir viviendo, de ahí que tratamos de prepararlas en las pláticas para que asimilen que pueden curarse”.