Son en promedio 900 toneladas diarias de desechos de todo tipo que la ciudad de Cuernavaca ha estado ingresando al referido espacio, siendo el municipio que más basura depositaba en este lugar que sigue sin cumplir con las normas sanitarias y ecológicas. Hasta ahora se desconoce la cantidad de dinero que la capital del estado debe a la empresa Transilmex, la que explota económicamente el tiradero.
Derivado de lo anterior, el grupo de pepenadores que realiza la selección de materiales para reciclaje, ha amenazado con cerrar el lugar para presionar al Ayuntamiento de Cuernavaca a que pague, pues el cobro se complicó con la salida del alcalde con licencia Manuel Martínez Garrigós.
“Desde el pasado jueves no han entrado los camiones de Cuernavaca porque tienen un adeudo con la empresa; se iba a cerrar el relleno sanitario, por falta de basura, por no haber que reciclar. Se platicó, se les hizo saber que era una forma de presionar a Cuernavaca para que pagara, ya que son más de seis meses los que se deben por entrar a tirar esa basura. Dijimos que no lo íbamos a permitir porque si Cuautla paga por tirar su basura, ¿Cuernavaca por qué no?”, aseguró Virginia Santamaría, dirigente de la agrupación de pepenadores.
Ante lo anterior, ejidatarios de Cuautla han manifestado su preocupación ante la posibilidad de que el Ayuntamiento de Cuernavaca deposite sus desechos en los campos y parcelas de uso común, aprovechando la noche. Por lo que iniciaron un recorrido por los cerros y parcelas para detectar posibles tiraderos a cielo abierto.
Otro de los temores de los ejidatarios es en el sentido de que el basurero de Cuautla pueda convertirse en uno de los receptores de la basura del Distrito Federal, luego de que fue clausurado el Bordo Poniente, considerado el sitio de disposición final de basura más grande del mundo. De ser así, el relleno “La Perseverancia” resultaría insuficiente y se convertiría en una de las principales fuentes de contaminación de las aguas de riego y las parcelas de varios municipios.