Durante una reunión con funcionarios de la Jefatura de Fomento Pecuario y Salud Animal de la delegación Morelos de la Sagarpa, los productores pecuarios se dijeron preocupados por lo que ocurre en Cuernavaca, donde el rastro fue cerrado por la presencia de ganado con clembuterol y por las sanciones aplicadas al rastro de Jojutla.
Dijeron que aunque están seguros de estar cumpliendo con la certificación de Proveedor Confiable y con los muestreos de control contra las enfermedades como la tuberculosis y brucelosis, existe incertidumbre por el endurecimiento de las revisiones. Se dijeron afectados porque hasta ahora la norma sanitaria exige el decomiso de los hígados de res, a pesar de que su ganado está libre de clembuterol, lo que afecta su economía.
Antolín Castro Castellanos, presidente de la Unión de Tablajeros de Cuautla, dijo que hay preocupación entre los tablajeros y ganaderos, por lo que se está gestionando una reunión con autoridades de la Cofepris, con la Secretaría de Salud de Morelos, la Jurisdicción Sanitaria III, la Dirección Municipal de Salud y todas aquellas autoridades involucradas en dichos operativos contra el clembuterol.
Aseguró que el rastro de Cuautla está cumpliendo con las normas sanitarias que les exige la Sagarpa y la Cofepris, “que nos están requiriendo, como que tenemos que tener un certificado de libre de clembuterol, no todos tienen su certificado, pero te puedo decir que la mayoría de animales, un 95% han sido muestreados. Nuestra seguridad radica en eso, que los engordadores han tenido el tino de pagar un precio, a lo mejor alto, pero su seguridad es más valiosa que tener la incertidumbre que en cualquier momento pueda llegar una autoridad a sancionarlos”.
Reconoció que bajó la demanda de carne en Cuautla, pero no debido a la sospecha de clembuterol sino por los gastos por el regreso a clases. Dijo que en promedio en el Rastro Municipal se están sacrificando 25 reses y arriba de 100 cerdos todos los días.