Entrevistado al finalizar el evento en que afiliados a esta agrupación y la UGOCEM recibieron la notificación de apoyo de manos del secretario de Desarrollo Agropecuario por un monto de 2 millones 207 mil pesos, el dirigente explicó el porque no se le ha detenido.
Y relata que “el problema que se origina hace 30 años, cuando la señora Silvia Aragón Morales era nuera del auténtico ejidatario, quien había puesto de sucesor al esposo de doña Silvia, el cual fallece, pero el ejidatario seguía viviendo y cultivando las tierras, las dos parcelas, una de riego y una de temporal”.
Y es que Ixpango Merino fue señalado de realizar el despojo de este terreno, por lo que agrega: “una vez que se da el cambio de legislación agraria, por el año 92, establece un juicio agrario en contra del ejidatario y ciertamente lo ganó, sin embargo se desavecindo 10 años y en ese tiempo el señor siguió cultivando la parcela. Ahí vivió, ahí nacieron sus hijos, sus nietos, sus bisnietos”.
“Nunca la señora ha tenido posesión, jamás se le ha despojado de algo que jamás ha poseído, tan es así que de la denuncia en que nos señalan de un despojo, no se configura el delito”.
“La juez de primera instancia de Jonacatepec determinó un no al ejercicio de la acción penal, es decir no encontró elementos para procesarnos, sin embargo el ministerio público apeló y el asunto se fue a segunda instancia, a la sala penal de Cuautla y los magistrados sin revisar el fondo del asunto emitieron una resolución por presunción”.
Al relatar los hechos añade que “por ello, a través de un amparo promovido por el abogado José Luis Urióstegui se permite que la orden de aprehensión no se ejecute. Estamos sin que se haya concedido la orden de aprehensión, pues ya hay una resolución definitiva de la autoridad federal, pero además estamos analizando fincarles responsabilidad a los magistrados, porque en el nuevo sistema judicial, con la sola presunción no acreditas un hecho delictivo”, observó.
Estableció que “ella ganó un juicio agrario en 1993 y es cuando se desavecinda, porque antes a su suegro le dieron el carácter de ejidatario y gana, porque el señor no tuvo quien lo defendiera, pero en 2003 le conceden el derecho al señor como posesionario, ya no como ejidatario, y la señora tenía tres mes para impugnar esa resolución de la asamblea y no lo hizo”. Recuerda.
Además adelanta que “en el Tribunal Unitario Agrario estamos llevando a cabo un juicio para exigir que se reconozcan los derechos que dejó a salvo como posesionario de la parcela a través de un juicio de sucesión, para que nos diga quien mejor derecho tiene”.
Lo que pasa es que Marley, con el uso de la movilización y el chantaje, quiere influir en las autoridades, comenta y agrega: “es mal agradecido, porque cuando lo acusaron por secuestro y se escondió en la cisterna, quien dio la cara con los judiciales fui yo, o cuando detuvieron a sus hijos por haber golpeado a Gustavo Lezama Rodríguez, el que dio la cara fui yo. Su abogado les quería sacar un buen dinero a sus hijos”.
“Ellos traen la cara más sucia que cualquiera de los que están señalando, no creo que sean factor de confianza quienes han recibido denuncias de secuestro, ¿cuántas denuncias tienen de que han quitado las parcelas a los ejidatarios? A poco no tienen denuncias de la parcela de Cuautlixco, Gabriel Tepepa, del propio ejido de Cuautla, y ellos le quitan a la gente para repartir a cambio de fuertes cantidades de dinero”.
Y se le recordó que durante cerca de 20 años se le ligó a los hermanos Tapia. ¿Qué fue lo que pasó entonces? Se le inquirió, a lo que comentó “desconozco que pasó, nos saludamos con Alberto, a Marley le dije que porqué se metía en este asunto, le dije que no había razón jurídicamente, pero al paso del tiempo y mientras estuvo huyendo de la justicia lo cambiaron, ya no es la misma persona, ahora centavea, practica el agiotismo, roba a la gente con descaro, es otra persona. Yo no tengo de que avergonzarme ni me ando escondiendo, no ando con guaruras. Yo estoy solo”.