Es cultivada en grandes cantidades.
Jantetelco.- Conocida también como la flor de muerto o de los 20 pétalos, el cempasúchil es una de las flores que le dan un olor característico y colorido sin igual a la tradición del Día de Muertos en México.
El poblado de Amayuca se caracterizado por cultivar esta flor así como la de terciopelo rojo, que en grandes terrenos de cultivo son sembradas por hectáreas y vendidas a familias que viajan de otros estados hasta este punto para comprar estas flores que son tradición de los días de todos los santos y los fieles difuntos.
Cosechada a finales del mes de octubre, la flor de cempasúchil es sin duda uno de los personajes principales en los cientos de ofrendas que se instalan en las casas, escuelas, ya que se cree que durante la llegada de los difuntos a la tierra durante estas festividades, esta flor los guía hasta sus ofrendas y los ayuda a regresar al lugar del que vinieron.
Según la leyenda, se dice que la primera vez que se usó la flor de cempasúchil para los altares fue en el pueblo de Malinalco, en donde las tumbas se adornaban con ramos de pequeñas flores amarillas, o sea, de cempasúchil, ya que se tenía la creencia de que estas flores poseían la habilidad de guardar en sus corolas el calor de los rayos solares, posteriormente se usó en los altares mortuorios.
Por esta razón, se ha convertido en un ícono de la cultura mexicana dentro de los festejos mortuorios, ya que es un elemento que no puede faltar en los altares, es tan importante como la comida, las calaveritas de dulce y el pan de muerto que representan a esta gran festividad, que cautiva a propios y extraños durante estos días.