El único que cuenta con certificación tipo inspección federal es el de Miacatlán.
Cuautla.- Ninguno de los rastros existentes en la entidad cumple con la normatividad sanitaria que se exige para llevar a cabo el sacrificio adecuado de ganado, dio a conocer Roberto Ruiz Silva, secretario de Desarrollo Agropecuario estatal.
Añadió que en Morelos existen 21 rastros, de los cuales 18 son públicos y el resto privados, por lo que subrayó que no se cumple de manera ordenada con la normatividad que se exige para llevar a cabo dichas acciones; agregó que derivado de esto, es casi imposible poder llevar a cabo las revisiones adecuadas para detectar si los animales sacrificados se encuentran en un estado saludable, libres de enfermedades y clembuterol.
Además, señaló que algunos rastros han sido desatendidos por los municipios para concesionarlos a terceros, lo cual no garantiza que se pueda cumplir con el buen manejo en la recepción del ganado, mismo que debería encontrarse sano, ser de legal procedencia y libre de clembuterol, por lo que subrayó que se tiene que poner mayor énfasis en atender dicha situación para que la carne que llega a los consumidores sea inocua.
Dijo que por tal motivo se está explorando la posibilidad de que el rastro que ya tiene servicio por parte del gobierno del estado y cuenta con la certificación tipo inspección federal (TIF), ubicado en el campo "El Llano" en el municipio de Miacatlán, pueda servir para resolver el problema con el que se cuenta en los demás rastros de la entidad, toda vez que estarían obligados a cumplir con la normatividad para dar servicio.
Respecto a la presencia de clembuterol en los animales que se sacrifican, comentó los índices de este anabólico en el ganado se han estado reduciendo significativamente, pero que derivado de las inspecciones realizada los mismos ganaderos han reconocido que si utilizan este tipo de productos, es porque los carniceros así se los solicitan.
Para finalizar, señaló que diariamente en la entidad se sacrifican alrededor de 150 reses y aproximadamente tres mil 500 al mes, sin contar el problema que también se presenta con el sacrificio de reses que se da de manera clandestina y que no está regulada por ninguna instancia, lo cual pone en riesgo a la población que consume dicha carne, por desconocer el estado de salud en el que se encontraba el animal antes de ser sacrificado.