Las plantaciones de berro fueron destruidas.
Cuautla.- Cientos de ejidatarios de por lo menos cinco municipios de la región oriente de Morelos se reunieron en los márgenes del río Cuautla para desalojar a los productores de berro que, sin pedir permiso, han invadido el afluente afectando a miles de hectáreas de tierras de cultivo al acaparar el agua para riego.
Desde las nueve de la mañana, los campesinos arribaron al río a bordo de camionetas, con machetes en mano, para proceder a destruir las chinampas en que los invasores han establecido las plantaciones de berro.
Ranulfo Flores Benítez, dirigente de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco), aseguró que pese a que se han presentado demandas ante la Procuraduría General de la República (PGR) desde hace cuatro años, estas no han procedido por lo que ha continuado la afectación, razón por la que decidieron actuar por cuenta propia.
“Están participando ejidos de los municipios de Cuautla, Ayala, Tlaltizapán, Tlaquiltenango y Tepalcingo; son 32 ejidos y 12 propiedades rurales. Todos están participando como compañeros aunque no todos se benefician del río Cuautla pero como compañeros todos están presentes”, indicó.
En las inmediaciones no hubo la presencia de elementos de seguridad pública que resguardaran la zona para evitar un brote de violencia, aunque no fue necesaria debido a que los productores de berro huyeron y los campesinos entraron al río con sus machetes para destruir las plantaciones.
Flores Benítez señaló que los productores de berro acaparaban el agua del río Cuautla provocando afectaciones a más de seis mil 300 ejidatarios, quienes cultivan alrededor de siete mil hectáreas de caña y unas tres mil 500 de maíz elotero, ejote, calabaza, cebolla, arroz y otros cultivos.
“Estamos hablando de tres kilómetros del río que se hizo la limpieza para que exista mayor afluencia de agua a la parte baja, pero también por los reclamos que han hecho los ambientalistas de la limpieza de este cultivo. Es por eso que se lleva a cabo. Llevamos cuatro años que no se hacía por demandas y lo que ha habido de las autoridades federales, pero brincándonos un poco a que nos den el dictamen o no. Es nuestra obligación venir a limpiar para tener mayor volumen de agua”, enfatizó.
Por último, afirmó que a partir de ahora se montará una vigilancia permanente a lo largo del río para evitar que de nueva cuenta los productores de berro, que no son ejidatarios sino invasores que vienen de fuera, vuelvan a ocupar el afluente, afectando la disponibilidad de agua y contaminado el líquido con los insecticidas que utilizan.