Hace seis años, John y Jude Kinloch estaban mudándose de casa cuando su amado gato, Tabs, desapareció sin dejar rastro alguno. Durante mucho tiempo lo buscaron sin éxito y luego tuvieron que seguir con sus vidas, aunque nunca lo olvidaron realmente.
La pasada Navidad, la familia recibió una buena noticia que probablemente nunca imaginaron llegaría: Lisa Jones, una voluntaria de Animal Rescue, organización dedicada a ayudar a animales desamparados, encontró al minino vagando por la calle.
Tabs estaba "demacrado", sucio y demasiado flaco y su aspecto llamó la atención de la mujer que caminaba a casa después de comprar los últimos regalos que entregaría más tarde. De inmediato pensó que el gato "necesitaba ayuda"; se acercó y lo llevó a casa en donde descubrió que portaba un collar y una placa de identificación.
En el accesorio constaba el nombre de los Kinloch y su número de teléfono así que Lisa no tardó en llamarlos para contarles sobre su descubrimiento y alertarlos del mal estado de salud en el que parecía estar el animal.
Tan pronto como fue posible John y Jude volvieron a su antiguo vecindario para reencontrarse con su amigo peludo a quien enseguida llevaron a una revisión con el veterinario. Desafortunadamente no recibieron buenas noticias: los años sin hogar habían enfermado a Tabs que de por sí ya era un gato anciano de casi dos décadas de edad.
El veterinario informó a la familia que, si Lisa no hubiera rescatado al gato, él probablemente habría muerto en la calle durante la Nochebuena, pero indicó que su salud estaba muy deteriorada y no había nada más que hacer por él así que juntos decidieron dormirlo para evitarle sufrimientos.
John y Jude agradecieron que al menos pudieron pasar unas horas junto al gato que siempre habían querido y contaron que incluso Ziggy, su otro gato, se puso feliz de ver a su antiguo compañero.