En la grabación se puede observar un partido ‘llanero’, como los millones que tienen lugar alrededor del mundo cada fin de semana; sin embargo, hay un personaje que destaca por su peculiaridad: el árbitro, cuyos ademanes exagerados provocan las burlas de los asistentes a dicho encuentro futbolístico.
Desde la grada se pueden escuchar perfectamente las burlas hacia el encargado de dirigir las acciones de juego, especialmente cuando corre o cuando realiza algún señalamiento, pues sus ademanes son considerados por los espectadores como ‘afeminados’. Uno de ellos incluso intenta establecer contacto con el central, gritándole incesantemente ‘¡Tigre, Tigre!.