Ryan Jessen, de 33 años de edad, asistió a un hospital en California por fuertes dolores de cabeza… sólo para descubrir que tenía una hemorragia cerebral ventricular de la cual, desafortunadamente, no pudo recuperarse.
Con muerte cerebral, sus padres decidieron desconectarlo, no sin antes permitir que amigos y familiares se despidieran de él. La historia de Jessen se volvió viral, porque el hospital permitió que sus padres llevaran a su perrita, Molly, a despedirse de su dueño.
“El hospital ha hecho lo más dulce por nosotros y nos permitió traer a la perra de mi hermano para ‘decirle adiós’, y que ella supiera por qué su amo nunca volvió a casa.”
Realmente, no se puede saber que es lo que la perra estaba sintiendo en ese momento;o incluso si tuvo una idea de lo que estaba pasando. Pero, conociendo a los perros, no dudamos que Molly nunca deje de pensar en su amo, y siga esperando a que regrese…