Los medios le han bautizado como “el perro que no deja de sonreír desde que fue adoptado” y puede que sea cierto, o puede que su sonrisa solo sea motivo de nuestra imaginación (la morfología de esta raza hace que su rostro muchas veces de la impresión de que sonríe). Pero para esos que no se lo creen, apuntaremos que según los científicos, sí: los perros son capaces de sonreír de oreja a oreja si son felices. No es algo que solo transmitan con el movimiento de su cola, sino también con su cara. Según el premio Nobel de Medicina Konrad Lorenz, "al sonreír, el perro abre de forma ligera sus fauces y enseña un poco su lengua".
Melty es uno de los que tienen facilidad para hacer eso. Y las fotos demuestran que es porque ahora vive muy pero que muy bien. Atrás queda su vida en una perrera, porque debido a la mala prensa de las razas consideradas “potencialmente peligrosas”, a este tipo de perrosles cuesta muchísimo más encontrar una familia.