¿Cuál es la razón para que la vida humana dependa tanto de un animal zumbón?
La respuesta es sencilla, las abejas no solo zumban, además de eso realizan la polinización. Y sin polinización no hay reproducción en las plantas y sin plantas no hay alimentos para los animales vegetarianos o no, ni para quienes se alimentan de ellos.
Sin las abejas, la cadena alimenticia se rompe y lo hace también la esperanza de vida.
Esta afirmación alarma y lo hace aún más al saber que la población mundial de abejas decrece.
En febrero de este año, Greenpeace denunció la muerte masiva de más de 225 mil abejas en España en pocas semanas y la Unión Europea ha detectado ya millones de desapariciones, al igual que en Estados Unidos. La extinción de estos animales provocaría crisis en ecosistemas agrícolas.
UN VIGILANTE EN SALTILLO
Esta es la razón por la que aquí en Saltillo, Luis Enrique Jiménez, estudiante de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro UAAAN, se siente tan comprometido por mejorar la situación de las abejas de la región.
Luis Enrique cursa la carrera de Desarrollo Rural y además es apicultor desde los 8 años.
En la actualidad se dedica al Control y Manejo de Abejas, y como hace algunos años escuchó que estos animalitos se están muriendo y con ellas la humanidad avanza a la catástrofe, decidió poner manos a la obra.
“Yo empecé con esto cuando era muy pequeño, viene de familia, soy originario del estado de Morelos, allá tenemos demasiada floración, siempre nos hemos metido mucho por el problema que existe no sólo en México sino a nivel internacional, por la falta de polinización y la matanza de tantas abejas”.
Con sólo matar una abeja se le hace daño al mundo, dice Luis Enrique, y por eso tomó la decisión de hacer algo drástico, rescatar abejas.
RECOLECTA PANALES
Su labor consiste en acudir a donde haya un panal y llevar las abejas a la colmena que se encuentra en la Universidad, hace todo lo posible porque ninguna muera y procura concientizar a las personas sobre la importancia de respetar la vida de las abejas.
“Cuando los apicultores supimos lo que estaba pasando, nos preocupamos mucho, el hecho de que esté desapareciendo tanta abeja, hay mucha matanza, al principio la ausencia de estas se la atribuían a los cables de alta tensión, pero luego salió lo de los insecticidas, las abejas son muy sensibles y vulnerables, ellas sufren un malestar en los intestinos, es como una infección, esto pasa en los campos cuando se fumiga y cuando ellas hacen la polinización introducen a su cuerpo estos venenos y sufren lo que conocemos como diarrea y surge la mortandad, también hay hongos y bacterias que causan su muerte”.
Hace aproximadamente ocho años fue cuando esta problemática empezó a tomar fuerza y desde entonces Luis Enrique ha dedicado su vida a salvarlas. Solo tiene 20 años, pero su carrera ya es larga en la apicultura, es herencia de su padre, quien se dedicaba a lo mismo.