En los atascos, en un semáforo, en el arcén…, pero también al volante en plena autovía o en calles repletas de vehículos y de peatones. El uso del móvil se ha multiplicado en los últimos años, pese a que la sanción implica la retirada de la licencia de manejo.
Enviar mensajes de texto, consultar redes sociales, navegar por Internet y otras muchas acciones habituales producen distracciones peligrosísimas en la conducción. Según datos de la DGT, hablar por móvil al volante equivale a conducir con un gramo por litro de alcohol en sangre, el doble de lo permitido.
Otro ejemplo que ilustra la peligrosidad de estas acciones: escribir un mensaje de texto equivale a circular distraídos como mínimo 20 segundos (unos 660 metros de distancia, si viajamos a 120 km/h). Muchos conductores no valoran este riesgo, pero lo cierto es que una imprudencia que dura unos pocos segundos puede tener consecuencias muy graves.
El informe #StopChatear, elaborado por el RACE hace dos años, ofrecía ya datos alarmantes al respecto. Casi 3.900.000 conductores habrían utilizado el móvil durante la conducción, y 260.000 admitirían utilizar “muchas veces” o “siempre” el smartphone mientras conducen. Este mismo año, otro estudio del RACC reveló que uno de cada cuatro conductores usa el móvil “a menudo” o “siempre” mientras circula, mientras que este porcentaje se dispara hasta el 47% en el caso de los peatones.
“Existe una necesidad de estar conectados 24 horas y estar en permanente contacto con los amigos a través de las redes sociales. En el tráfico, esa conducta a través de los dispositivos móviles es un peligro”, admite Jorge Castellanos, jefe de Seguridad Vial y Movilidad del RACE.
FALTA DE CONCIENCIACIÓN
“Tendemos a pensar que lo malo le va a ocurrir al vecino y no somos conscientes de la cantidad de metros que recorremos por apartar la vista unos segundos de la carretera. Quitar la mano del volante para manejar el teléfono supone una distracción manual, visual (porque apartamos la vista de la carretera) y mental, porque tenemos la cabeza en otra cosa”, insiste Castellanos.
Las distracciones están presentes en el 33% de los accidentes de tráfico. Como mínimo, uno de cada tres accidentes ocurren por distracciones del conductor. Y los móviles inteligentes han agravado aún más el problema, porque están en el origen de muchos de estos despistes que pueden ser fatales. Un estudio elaborado por el Virginia Tech Transportation Institute demostró que escribir mensajes de texto al volante incrementa el riesgo de choque en 23 veces.
“Los smartphones tienen una influencia muy negativa en la conducción. Cuando los utilizamos, nuestras reacciones ante los eventos a los que nos enfrentamos son más lentas y a veces inexistentes”, sostiene Francisco Alonso, director del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS).
Tampoco los peatones se libran de esta realidad. El 98% de los accidentes en los que el peatón es el culpable están causados por el uso del teléfono móvil, según un informe de la Fundación Mapfre. De esta forma, el riesgo que corren los peatones puede llegar a aumentar un 40% cuando se está haciendo uso del móvil y de los auriculares.
En EE UU, por ejemplo, más del 10% de los jóvenes que sobrevivieron a un accidente estaban enviando o atendiendo a un mensaje recibido en su smartphone.
“Hay que olvidarse del móvil durante la conducción o cuando nos desplazamos a pie. Nada es tan urgente y nadie nos tiene porque requerir esa urgencia cuando jugamos con la vida”, reflexiona Alonso. | Motor/El País