La maternidad se reconoce como algo natural, por lo que se ha escrito una amplia cantidad de artículos y libros enfocados a las nuevas mamás, cursos en los que se les aconseja sobre la crianza y artículos pensados en ellas, en sus hijas e hijos considerando que es una tarea exclusiva de las mujeres.
Por otro lado, los padres a través del tiempo han sido vistos en la sociedad como la figura masculina, ajena al proceso de la crianza de sus hijos e hijas y únicamente se reconoce su papel en el momento de “disciplinar” y asumir el papel de autoridad en el hogar, por el hecho de ser el principal proveedor de la familia.
Sin embargo, en la actualidad están cambiando estos roles, por lo que es conveniente hablar del nuevo papel de los padres en el cuidado de sus hijas e hijos en corresponsabilidad con su pareja.
¿Qué es ser un padre activo?
A diferencia de los padres tradicionales, los nuevos papás sí se involucran en la crianza de los niños y niñas del hogar y participan en las tareas domésticas, lo que facilita la interacción con las y los integrantes del núcleo familiar.
Es importante considerar que una paternidad cercana y afectiva, es un derecho de los hijos e hijas y del padre mismo, que debe participar activamente en su crianza ayudándoles a fortalecer su autoestima y a ser personas saludables.
Es necesario que los hombres se involucren y responsabilicen en la atención y el cuidado de la familia, pero ¿cómo ser un padre activo? ¿de qué manera se ejercen las nuevas paternidades?
Para responder a estas preguntas se debe tomar en cuenta lo siguiente:
En el embarazo:
• Conversa con tu pareja las inquietudes y expectativas de ambos.
• Asiste a los controles de salud y pregunta tus dudas.
• Sé cariñoso y comparte tus emociones de lo que significa ser papá.
• Relaciónate con tu bebé desde el vientre materno y establece una comunicación cercana con él.
En el parto y nacimiento:
• Procura acompañar a tu pareja durante el parto y el posparto.
• Aprende cómo puedes apoyarla en el trabajo de parto.
• Recuerda que al acompañar y apoyar a la madre estás cuidando a tu hija o hijo.
• Pregunta al equipo médico si puedes participar cortando el cordón umbilical, haciendo contacto piel a piel y acompañando los procesos de rutina.
Durante los primeros meses:
• Haz equipo con la mamá, es una etapa de cambios rápidos y de adaptación.
• Organízate con tu pareja en las diferente actividades de cuidado y crianza, juntos será más sencillo.
• Fortalece el vínculo emocional y físico, teniendo contacto piel con piel con tu bebé
En la infancia temprana:
• Acógele cuando tenga miedo, tristeza o frustración.
• Demuéstrale que te interesa lo que hace, mira y escucha con atención, ponte a su altura para que te vea y sienta tu cercanía.
• Háblale en términos simples, ponle límites con cariño y respeto.
• La agenda de tus hijas e hijos es tan importante como la tuya.
En la adolescencia:
• Mantente cerca y conoce sus círculos de amistades, manifiesta interés por sus preferencias e inquietudes.
• Acompaña su proceso de vida, no lo compares contigo o con otras personas; no supongas que lo sabes todo.
• Escucha de manera activa y gánate su confianza, respeta sus silencios. Tener más poder no es lo mismo que tener la razón.
• Proporciónale elementos e información para que tome sus propias decisiones.
• Tómalo/a en cuenta para las decisiones de la familia.
En la edad madura:
• Respeta y acompaña sus decisiones, no olvides que las circunstancias de vida cambian de generación en generación.
Lo anterior te permitirá formar hijos e hijas con mayor autoestima, buen nivel de socialización y mejor nivel académico, sobre todo, crearás lazos afectivos sanos con los demás miembros de la familia. De igual manera, te sentirás más libre al momento de expresar tus sentimientos, mostrarás un mayor nivel de empatía con los demás y mejorarás tu salud.
¡Conviértete en un padre activo!