La corredera era un método de medición que utilizaba una placa de madera, generalmente con forma de arco y con un peso en uno de los extremos para que flotara en vertical en el agua. La placa se ataba a una cuerda fina y larga con nudos distribuidos en espacios equidistantes.
Un marinero lanzaba la madera al agua junto con la cuerda arrastrando mientras otro utilizaba un reloj de arena para medir el número de nudos que discurrían en un intervalo de tiempo determinado, midiendo así la velocidad del barco en número de nudos.
El intervalo entre los nudos y el tiempo varió al principio, pero una versión de esta herramienta de mediados del siglo XVIII (descrita en Relación histórica del viaje hecho de orden de su Majestad a la América Meridional, de Jorge Juan y Antonio de Ulloa) establecía los nudos a 1/120 de una milla cada 30 segundos.
Desde entonces todo esto se ha estandarizado basándose en la milla náutica, que equivale a 1,852 kilómetros. Un nudo equivale por tanto a una milla náutica por hora que a su vez equivale a 1,852 km/h.
Más exactamente, esto equivale a 1/60 de un grado sexagesimal, llamado también minuto de arco (eso si asumiéramos que la Tierra es una esfera perfecta, y no lo es ya que está achatada por los polos y abultada en el ecuador, aunque es una buena aproximación). Es decir, si viajaras a un nudo de velocidad, te llevaría aproximadamente 60 horas moverte un grado de longitud o latitud.
En definitiva, si utilizas hoy en día un cronómetro de 28 segundos, para obtener la velocidad exacta en nudos tendrías que tener el intervalo de nudos a 14,4018 metros. El número de nudos que se desenrollan en la cuerda en ese periodo de tiempo sería tu velocidad en nudos. [Gizmodo]