La productividad es un tema muy popular en estos días. Vencer la rutina y la pereza para hacer más cosas durante el día suena muy atractivo ¿verdad? Sin embargo, no siempre es tan sencillo o, al menos, no para todas las personas.
Trabajar en forma remota es mucho más sencillo cuando estableces una rutina diaria.
A diferencia de quienes trabajan en una oficina, las personas que trabajan de forma remota (teletrabajo) se enfrentan a diferentes obstáculos que a menudo causan que sean menos productivas. Y, aunque en más de una ocasión hemos tocado el tema de tener una oficina más productiva en casa nunca hemos hablado acerca de la cuestión personal que implica, entre otras cosas, establecer un horario de trabajo o rutina diaria.
Y ¿por qué establecer una rutina diaria? Porque así conseguimos administrar mejor el tiempo que tenemos para trabajar y para realizar el resto de nuestras actividades. Porque así cuidamos nuestro cuerpo y nuestra mente. Y porque así, trabar desde casa será mucho más sencillo.
1. Establece horarios
Despertar tarde y procrastinar en Facebook antes de comenzar con el trabajo, créeme, que no es la mejor forma de comenzar el día. Entre más tarde despiertas sientes que el día pasa más rápido y menos tiempo tienes para realizar tus actividades diarias. Dicen que "al que madruga Dios lo ayuda", sin embargo, también es importante encontrar nuestro momento más productivo del día para, a partir de allí, definir nuestros horarios para despertar o dormir.
Comenzar bien el día teniendo el mayor control sobre nuestro tiempo y las actividades por realizar, puede ser crítico para sentirnos productivos y lograr el éxito al final del día. Trata de establecer horarios para todas las actividades que tienes que realizar y haz lo posible por respetar dichos horarios.
6:00 am Despertar
6:15 am Hacer ejercicio
7:15 am Bañarse
7:30 am Desayunar
8:00 am Lavarse los dientes
etc.
2. Haz ejercicio
Cuando tenemos que trasladarnos a una oficina, nuestro cuerpo está en constante movimiento por el esfuerzo que implica levantarse, bañarse, vestirse, desayunar y tomar el transporte o el coche para dirigirnos al trabajo en un tiempo determinado. Para las personas que trabajamos de forma remota muchas veces lo anterior suele traducirse en levantarse de la cama y sentarse frente al escritorio para comenzar con nuestras actividades.
Por ello es importante que des el tiempo de realizar una actividad física ya sea dentro o fuera de la casa. Los estudios han demostrado que las personas que hacen ejercicio por las mañanas mejoran significativamente sus estados de ánimo y la capacidad para afrontar las exigencias del trabajo.
3. Come bien
El desayuno es la comida más importante del día. No lo dejes pasar y asegúrate de incluir los alimentos adecuados.
Cuando nos saltamos el desayuno nuestro cuerpo tiende a guardar toda la energía posible, por lo que nuestro metabolismo se vuelve más lento y provoca cansancio o desanimo. Algunas personas necesitan consumir más calorías durante el desayuno que otros, pero todos debemos comer algo.
Un desayuno alto en proteínas suele aportar suficiente energía para comenzar el día con mejor ánimo, puedes incluir yogurt, legumbres, huevos o frutos secos; evita incluir carbohidratos y azúcares. En el caso de la cena, ésta debe ser ligera, nutritiva y completa. Si nos excedemos en cantidad, puede que tengamos dificultades para dormir debido a la pesadez, reflujo o gases; lo que directamente repercutirá en nuestro estado de ánimo al siguiente día. Recuerda cenar al menos 1 o dos horas antes de irte a la cama.
4. Trabaja lo adecuado
Si bien es cierto que establecer un horario de trabajo es importante, quizás es más importante establecer sólo un horario de inicio de trabajo. Trabajar por objetivos es mucho más sencillo y menos demandante que pasar 8 horas sentado frente al ordenador.
Para lograr trabajar por objetivos primero es importante identificar y priorizar todas las actividades que debemos realizar; crear una lista de tareas puede ser un buen comienzo. Pero no dejes que las distracciones de la casa te afecten, concéntrate en el trabajo y luego tendrás tiempo de hacer lo demás. Si tienes un espacio único de la casa donde puedas sentarte a trabajar, cierra la puerta y úsalo.
Cuando la oficina es tu casa, no puedes simplemente "volver a casa" al final del día. Por el contrario, es demasiado fácil perder la noción del tiempo y "volver a la oficina" para termina algo que se te olvidó. Apaga el ordenador y relájate, hay más que hacer en la vida además del trabajo. | Hipertextual