No, no es el fin del mundo. Es verdad que tras sufrir una ruptura sentimental sentimos que nuestra autoestima está por los suelos y que no volveremos a disfrutar del amor nunca más. Es verdad que, en ocasiones, la pérdida de confianza y autoestima tiene que ver con el fracaso (desde el económico hasta el emocional), pero… ¿y si resulta que, en vez de lamentarnos, aprovechamos el momento para querernos más a nosotras mismos?
Una de las razones por las que una ruptura afecta a nuestra estima es porque la percepción de nosotras mismas se ve perjudicada. En un interesante artículo de la periodista y escritora española Silvia C. Carpallo, publicado en el suplemento SModa de El País, encontramos otras claves. Por ejemplo, el hecho de “no aceptar y negar las experiencias del malestar y los altibajos anímicos que puedan conllevar la ruptura, intentar forzarnos a olvidar, buscar las causas y analizar lo ocurrido sin la suficiente perspectiva o esperar a sentirnos bien antes de retomar nuestra vida”, pueden complicar aún más el proceso de recuperación de esa ruptura.
Entrevistada por la periodista, la sexóloga María Esclapez agrega que otra cosa que debemos evitar es “machacarnos con ideas de inferioridad, victimismo o desesperanza, como por ejemplo: 'si no me quiere él es que no me merezco que me quieran', 'no voy a encontrar a nadie como ella' o 'todos/as son iguales, nunca volveré a enamorarme’, o cualquier pensamiento de este tipo”.
Errores que cometemos tras la ruptura
Carballo, autora del libro “El orgasmo de mi vida” y de varios blogs sobre salud sexual, señala que lo peor que podemos cometer tras una ruptura no son tanto los pensamientos negativos, sino “ciertas conductas negativas para nuestra salud, tanto mental como física”. Entre ellas estarían en refugiarnos en el alcohol o las drogas, o calmar nuestra ansiedad con comida o conductas que pongan en riesgo nuestra salud y seguridad física y psicológica (comprar compulsivamente, volvernos adictas al sexo o al juego, entre otras).
¿Qué podemos hacer?
A juicio de la psicóloga Raquel García Romeral, hay que aprovechar este momento para querernos más. Y propone ir recuperando las riendas de nuestra vida poco a poco, “retomando las actividades e ir creando espacios de ocio y cuidado. En nuestra mano no está controlar qué sentimientos nos llegan a pesar de los pesares, pero sí el continuar con nuestra vida para no perder el norte después de una ruptura”.
Dejemos atrás los fantasmas y adoptemos una actitud más sana, juiciosa y propositiva que nos haga vivir mejor y más felices. Después de todo, no se trata del fin del mundo.