El gobierno chino mantiene una estrategia oficial desde el año 1960 con la que busca el exterminio de una variedad de la especie Ochotona, conocida como Pika, un pequeño mamífero en el que se basó Satochi Tajiri a la hora de crear al famoso Pikachu de Pokémon. Los Pika son considerados una plaga por los chinos, debido a que establecen sus madrigueras a lo largo de la meseta Qinghai-Tíbet, una parte de China dedicada a la plantación de alimentos, por lo que en las últimas 5 décadas han gastado cerca de 100 millones de dólares para acabar con esta especie echando grandes porciones de raticida en la tierra.
Sin embargo, una reciente investigación de los científicos biólogos Andrew Smith y Maxwell Wilson, sostiene que los Pika benefician al ecosistema chino, por lo que su extinción traería mayores problemas que beneficios. De acuerdo con los investigadores, la mayor acusación que se les hace a los Pika —de afectar la tierra de la meseta Qinghai-Tibet con sus madrigueras, dejando grandes porciones de ella inservible para la plantación— son falsas, debido a que los problemas de la zona se han originado por el uso inmoderado de las tierras, sobre todo por la enorme carga de animales de granja que han poblado la zona y afectado así el suelo de la meseta, y no por la presencia de los peludos Pika.
El Pikachu de la vida real está en peligro
Por si fuera poco, los especialistas aseguran que las madrigueras de los Pika también mejoran la infiltración del agua en la zona, por lo que se reduce de forma natural la probabilidad de una inundación, especialmente en la temporada de lluvias fuertes.
Finalmente, la investigación añade que la muerte de todos los Pika afectaría a otros animales carnívoros que se alimentan de ellos, incluyendo a la larga a la población humana. Por lo pronto la investigación ya provocó que el gobierno del país vecino de Mongolia terminara con un proyecto similar de exterminio de los Pika. [codigoespagueti]