Pero en poco tiempo los mexicanos cambiaron la frase por: “La corrupción somos todos”.
Y es que el gobierno de López Portillo (1976-1982) fue uno de los que acumularon más denuncias de irregularidades en la historia reciente del país.
La anécdota se recuerda ahora que el Congreso aprobó un Sistema Nacional Anticorrupción, que pretende combatir el problema entre funcionarios, empresas y personas que tienen alguna relación con el gobierno.
La iniciativa –que debe ser avalada por 16 de los 31 de los congresos locales- surge después del escándalo por las propiedades de la familia del presidente Enrique Peña Nieto y otros funcionarios de su gabinete.
En el lenguaje popular mexicano se han acuñado frases que reflejan la corrupción. BBC Mundo le presenta 10 de las más conocidas.
Sobre trámites e infracciones viales:
“Ayúdame a ayudarte”
Frase para responder a la petición de cumplir algún trámite burocrático: si me ayudas (entregas dinero) te ayudo (resuelvo tu problema).
“Ponerse guapo”
Significa ofrecer un regalo caro u ostentoso para obtener o asegurar un favor indebido: acelerar un trámite, modificar una acusación penal, ganar un contrato con el gobierno…
“Lo dejo a su criterio”
Cuando algún automovilista es detenido por un agente de vialidad, lo primero que escucha es la lista de infracciones cometidas y el monto de la sanción de cada una.
Pero luego viene la solución: “Lo dejo a su criterio”, dice, una forma de sugerir que con una gratificación (conocida en México como “mordida”) es posible salir del problema.
“Acéiteme la mano”
Otra forma de pedir “mordida” para no aplicar reglamentos, especialmente los de vialidad.
“¿Cómo nos arreglamos?”
Respuesta frecuente de los automovilistas detenidos por cometer una infracción vial. Se trata de una oferta de soborno para que el policía perdone la multa.
También se utiliza para ofrecer dinero a cambio de un favor indebido.
“Con dinero baila el perro”
Una forma de decir que si existe una gratificación se puede superar cualquier obstáculo en la burocracia mexicana.
De políticos y la historia:
“No importa que robe, pero que salpique”
Se utiliza para justificar que políticos y funcionarios se enriquezcan en el puesto, siempre y cuando compartan las ganancias.
“No quiero que me den, sino que me pongan donde hay”
Una mexicana forma de interpretar la parábola de Confucio sobre el pez y el pescador. Quien la utiliza no quiere recibir regalos (aunque no los rechazaría), sino que sea colocado en una posición privilegiada en el gobierno donde pueda enriquecerse. También se usa para describir el esfuerzo personal de progresar sin ayuda.
“Un político pobre, es un pobre político”
Fue acuñada por Carlos Hank González, exgobernador del Estado de México y quien fue también alcalde de la capital del país.
Hank amasó una gran fortuna al crear empresas que fueron contratistas del gobierno, en algunos casos cuando él era funcionario público.
La frase enfatiza que para progresar en la política mexicana, es necesario tener mucho dinero.
“La moral es un árbol que da moras”
Así respondía el exgeneral revolucionario Gonzalo N. Santos cuando alguien le reclamaba la falta de ética en sus actos.
El exmilitar, fallecido en 1978, fue considerado por el escritor Carlos Monsiváis como “el casi eterno cacique de San Luis Potosí”, estado que gobernó entre 1943 y 1949, y quien hizo de la violencia y asesinatos sus únicos aliados y mejores consejeros.
“El año de Hidalgo: pendejo el que deje algo”
La referencia histórica es a Miguel Hidalgo, uno de los héroes de la Independencia de México.
Según los mexicanos, se refiere al último año de gobierno a todo nivel -del local al nacional-, cuando los funcionarios salientes se gastan todo el presupuesto, dejando las arcas vacías.
También existe el “año de Carranza” (por Venustiano Carranza, otro héroe), por “si el Año de Hidalgo no alcanza”.A raíz de una nueva estrategia contra la corrupción, BBCMundo cuenta cómo el problema ha permeado hasta el lenguaje cotidiano de los mexicanos.
Fuente: BBC y Animal Político