La plancha y la cocina son dos de las actividades domésticas en las que las quemaduras están a la orden del día. Los enchufes, los radiadores, las estufas... resultan también muy peligrosos y saber cómo actuar ante una lesión de este tipo resulta fundamental.
Cruz Roja, dentro de su campaña «En tu hogar - Quiérete mucho», ofrece una serie de consejos útiles para saber cómo actuar cuando nos quemamos.
Aparta la sartén del fuego, desconecta la plancha o la estufa... Lo primero, es alejarse de la fuente de calor con la que nos hemos quemado y desconectarla. A continuación, echa agua fría sobre la herida durante unos 10-15 minutos. Sitúa el brazo, la mano o cualquiera de las zonas quemadas bajo el grifo de la cocina o de la ducha, y deja que el agua bañe la zona afectada hasta que el dolor se pase.
Las quemaduras de primer grado, tal y como señala la «Guía de Primeros Auxilios» de SAMUR-Protección Civil, solo generan dolor y afectan a la parte externa de la piel.
Sin embargo, si el dolor persiste, aparecen ampollas, la quemadura es muy grande o la zona presenta un aspecto carbonizado, lo mejor será acudir al médico. En estos casos, estamos hablando de quemaduras de segundo y tercer grado.
La quemadura se puede tapar con un apósito limpio y sin aplicar ningún tipo de pomada. «Si la zona afectada son manos, pies o algún pliegue de la piel, envuelva cada dedo o pliegue por separado en apósitos diferentes», explica SAMUR-Protección Civil.
Nunca retires las ropas pegadas a la piel, así como los anillos o cualquier otro complemento que manipule la piel de la zona afectada.
Si es necesario, afloja la camisa y demás prendas de la víctima para que pueda respirar mejor.
No olvides que también puedes quemarte si te salpica lejía en los ojos o si bebes algún producto tóxico.
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