Más del 85% de los seres humanos somos diestros. Es un hecho curioso y que venimos comprobando desde hace miles de años en las herramientas y restos de nuestros antepasados. Pero ¿por qué? ¿Qué nos hizo preferir una mano en vez de la otra en nuestra vida diaria? ¿Hay alguna ventaja en ser diestros o es solo fruto de una casualidad? El debate está candente a día de hoy.
Todavía no existe una respuesta clara. Es muy difícil demostrar nada o tan si quiera formular una hipótesis que explique por qué la mayoría somos diestros. En un punto de nuestra historia pasamos a ser animales capaces de usar las dos manos mientras caminábamos. Y poco después comenzamos a usar normalmente un lado más que el otro. Es más, no solo la mano, muchas otras funciones también están lateralizadas. No es algo exclusivo de los seres humanos lo que nos ayuda bastante a formular nuestras propias ideas de cómo llegamos a ser lo que somos.
Diestros o siniestros
La lateralidad de nuestro cuerpo, es decir si somos diestros o zurdos, está obviamente controlada por nuestro cerebro. Curiosamente la parte derecha del cuerpo suele estar mayormente controlada por la parte izquierda de nuestro cerebro y viceversa. Por tanto nuestra mano, ojo y pierna derechos están controlados La parte derecha está mayormente controlada por la parte izquierda de nuestro cerebro y viceversa
principalmente por nuestro hemisferio izquierdo. Además de las personas diestras y zurdas existen también los ambidiestros, personas sin una preferencia clara en su lateralidad.
Existen también los que son diestros normalmente pero realizan ciertas tareas con la mano izquierda sin problema alguno. Esto no hace sino dificultar mucho más la investigación. Por suerte sabemos, al menos, por qué se produjo el hecho de que seamos mayormente diestros. Es una cuestión de desarrollo de nuestro cerebro. Su forma de crecer, de tomar responsabilidades en la forma de hacer las cosas, es la verdadera culpable de que seamos diestros en general. Pero hasta el momento no sabemos realmente cómo se produjo este cambio. Aunque tenemos algunas ideas al respecto.
La hipótesis del habla
El área de Broca es una zona en el cerebro encargada del habla. Ésta se desarrolla en la parte izquierda de nuestro cerebro y está conectada con el área de Wernicke, la otra gran protagonista del lenguaje. Estas cumplieron un papel increíblemente importante en lo que somos hoy día. Sin comunicación el ser humano no hubiera llegado nunca a ser lo que es. Es una de las áreas más activas, desarrolladas e importantes de nuestro cerebro. Tanto es así que una de las hipótesis se basa en ella para explicar el que seamos diestros.
La hipótesis del Homo loquens trata de explicar cómo el desarrollo de nuestra lateralidad está sujeta al del área de Broca. Al crecer esta parte en el lado izquierdo también lo hizo la preferencia de usar este hemisferio del cerebro y, por tanto, el uso de la parte derecha del cuerpo. Es una hipótesis elegante y que parece encajar bastante bien con lo cabría esperar. Pero la intuición no siempre da buenos resultados en ciencia. Existen varias razones para desechar esta hipótesis.
En primer lugar los propios ambidiestros, quienes no muestran esta preferencia pero siguen teniendo el área de broca en su lugar. Aún más importante, la mayoría de los zurdos desarrollan el área de Broca y el centro del habla en el lado izquierdo por lo que no se puede relacionar su lateralidad con el habla tan fácilmente. Para poner las cosas más difíciles existe quien desarrolla ambos laterales en cuestiones del habla independientemente de si es diestro o zurdo. Los números y estadísticas hacen el asunto aún más complejo y es muy difícil llegar a una respuesta tajante en este asunto.
La historia perdida
La respuesta, probablemente, esté en nuestra historia. Pero eso no quiere decir que podamos rescatarla. Por ahora sospechamos, con mucha razón, que el hecho de ser diestros se debe principalmente a una cuestión evolutiva. Cómo decíamos antes, no somos los únicos que mostramos lateralidad. Muchos animales controlan ciertas acciones, como atacar o interactuar con otros miembros de su especie mejor con un lado del cerebro que el otro. Nostros mismos tenemos áreas más desarrolladas en un hemisferio u otro por tarea. El área de Broca es un buen ejemplo de ello.
La evolución no siempre selecciona los rasgos más fuertes o provechosos sino que es caótica
En algún momento de nuestra evolución el cerebro comenzó a especializar su lateralidad por un beneficio. Probablemente esto esté muy relacionado con el momento en el que comenzamos a caminar y a usar las manos al mismo tiempo. La coordinación entre los miembros y el desarrollo de los hemisferios nos predispuso a ser diestros o zurdos y por una razón, que desconocemos, nuestra especie se volvió principalmente diestra. Hay varios estudios en chimpancés que muestran la tendencia a lateralizar las acciones según estos se mantienen erguidos o a cuatro patas, donde no se aprecia ninguna preferencia de lado.
Por ahora sabemos que hace 1 millón y medio de años nuestros antepasados ya tenían tendencia a ser diestros. Hace 600.000, con el Homo heidelbergensis, ser diestro era lo más común indudablemente. Esto lo sabemos por las herramientas y restos que hemos encontrado. Quién sabe, tal vez no exista una razón real. La naturaleza nos siempre selecciona al que más ventajas tiene. A veces se comporta de una manera un tanto caótica y ciertos rasgos son los que prevalecen por que sí. Es algo difícil de asumir pero es cierto. ¿Podremos descubrir algún día la respuesta? Es algo muy complicado pero, desde luego, siempre habrá quién siga intentándolo con uñas y dientes. [Hipertextual]