El estudio, llevado a cabo con medio centenar de bebés nacidos en Israel en uno y otro período, revela la existencia de un factor estacional en el desarrollo de los bebés durante su primer año de vida, según un comunicado de ese centro de altos estudios.
Los resultados apuntan a que los bebés nacidos entre diciembre y mayo comenzaron a arrastrase un mes antes que los nacidos entre junio y noviembre.
Dirigido por la doctora Osnat Atun-Einy, del Departamento de Terapia Física, y otros tres expertos del Departamento de Asesoramiento y Desarrollo Humano, la investigación incluyó una muestra de 47 bebés, 16 nacidos en el período definido como “verano” y 31 en “invierno-primavera”.
La observación del desarrollo motriz en ambos grupos se hizo en sus propias casas a los siete meses de vida, en un proceso de visitas por parte los expertos durante el cual los padres también filmaron la evolución de sus hijos.
El análisis de desarrollo se hizo bajo los parámetros de la Escala Motriz del Infante de Alberta (AIMS), que sirve para la evaluación del desarrollo motor en los niños.
El resultado fue que los bebés nacidos en invierno empezaron a arrastrarse a las 30 semanas de vida, en tanto que los del verano lo hicieron a las 35 semanas, sin que se registrase ninguna diferencia entre varones y hembras.
En otros indicadores de la escala las diferencias entre ambos grupos fue menor, pero el resultado general fue favorable a los nacidos en invierno.
Con Información de ferriz.com.mx