Te contamos cuáles son de acuerdo a un reciente estudio.
No es ninguna revelación que los azúcares agregados como lo son los refinados y procesados, son uno de los enemigos más letales de la buena salud ya que su consumo en exceso genera fuertes daños a todo el organismo.
Por ejemplo, además de hacernos ganar peso, nos dañan la piel, causa de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades del hígado, de los riñones y cardiovasculares, deterioran el estado de ánimo y e incluso el funcionamiento cognitivo.
Por lo tanto, no sorprende saber que es un ingrediente que también puede debilitar el sistema inmunológico.
Así lo informa un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications dirigido por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Swansea, la Universidad de Bristol y el Instituto Francis Clark de Londres, en el cual se comprobó que “una dieta alta en fructosa puede afectar la función inmunológica”.
Como algunos ya sabrán, la fructosa es un tipo de azúcar que se encuentra principalmente en frutas y que también se utiliza para la elaboración de diversos productos procesados como refrescos, jugos, dulces, galletas, pastelillos y bollería en general.
Y como era de esperarse, la fructuosa, cuando se consume de forma natural, por ejemplo en frutas y miel pura de abeja, no resulta dañina, aunque de igual forma se debe nivelar su consumo.
Pero lo que sí es indispensable, es prestarle atención cuando viene a través través de productos elaborados industrialmente ya que cuando la ingerimos en altas cantidades en calidad de refinada y procesada, se convierte en un latente problema para la salud.
Como ya mencionamos, su excesivo consumo se relaciona con consecuencias cardiovasculares como por ejemplo, presión arterial alta, aumento de los triglicéridos, aumento del colesterol malo (LDL), además facilita la acumulación de grasa en las vísceras (sobre todo en el hígado) e incremento de ácido úrico.
Pero de manera más específica, el estudio reveló que la fructosa puede hacer que el sistema inmunológico se inflame y este proceso puede producir moléculas más reactivas que están asociadas con la inflamación, pues desde hace años, el azúcar ha sido criticada por avivar la inflamación en el cuerpo.
Y si bien la inflamación es una respuesta de un sistema inmunológico saludable puesto que se presenta de manera natural a nivel biológico ante un cuerpo extraño o intruso con el fin de promover la curación del organismo, cuando la inflación se convierte en un problema crónico, esta puede generar el debilitamiento del sistema inmunológico, así como todos los problemas de salud previamente mencionados.
¿Qué hacer para no debilitar mi sistema inmunológico? Tan solo basta con balancear la dieta, optando siempre por alimentos de origen natural y que a la par eleven las defensas como lo son los cítricos entre otras frutas y verduras. No hay necesidad de dejar de disfrutar los alimentos que tanto nos gustan, tan solo hay que regular su consumo de la mejor manera posible.
Con información de Nature Communications.
