Pero a todo esto, ¿qué tiene que ver el día de la Candelaria con el 6 de enero y por qué comemos tamales en esta fecha?
El 2 de febrero es uno de los pretextos más deliciosos para romper la dieta y pasar un rato junto a las personas que amamos. Celebramos el día de la Candelaria por dos motivos: el primero es la presentación del niño Jesús en el templo después de la cuarentena; aunque según el cronista franciscano Fray Bernardino de Sahagún, esta fiesta también es cercana al día del nacimiento o presentación del Sol en el calendario azteca, que tiene lugar el 12 de febrero.
Con el tiempo, ambas celebraciones se fusionaron en uno solo relacionado con el fuego: El día de la Candelaria, en honor a la Virgen María de la Candelaria, cuyo origen es en Tenerife, España y cuyo nombre hace referencia a las velas.
¿Por qué comemos tamales durante el día de la Candelaria?
Como probablemente ya imaginarás, esta tradición viene de la época prehispánica cuando los aztecas conmemoraban el inicio de la temporada de siembre con algunos rituales en honor a Tláloc, Quetzalcóatl y Chalchiuhtlicue, en los cuales se servían como ofrenda platillos elaborados con maíz, entre ellos los tamales.
Más tarde, durante la conquista de México y con la evangelización, se mezclaron las tradiciones prehispánicas y católicas, dando paso a nuestras tradiciones como la del día de la Candelaria y los tamales de diversos sabores.
Actualmente, este festejo católico está relacionado con la Navidad y con el día de Reyes, pues quien encuentra al niño en la rosca se convierte en padrino y por lo tanto, debe comprar los tamales para celebrar (aunque en realidad los tamales siguen siendo una ofrenda, solo que ahora se hace al niño Dios).