De acuerdo con la Sociedad Internacional de Etología Aplicada en Bergen, Noruega, comer plantas es algo instintivo en los gatos y tiene un efecto evolutivo para ellos; de hecho, aunque suelen vomitar después de hacerlo, esto solo es algo ocasional que no implica que estén enfermos.
Dicha teoría está basada en un estudio que realizaron con chimpancés, en el que descubrieron que comer plantas ayuda a los animales a expulsar los parásitos intestinales que tengan, debido a que con la hierba, aumentan la actividad muscular del tracto digestivo.
Aunque los expertos señalaron que es poco probable que los gatos tengan este tipo de parásitos, el acto de comer plantas se quedó en su instinto.
El problema llega cuando tenemos en casa algunas plantas que pueden resultar tóxicas para nuestras mascotas, como las azaleas, eucalipto, hortensias, lirios, flor de Nochebuena y tulipanes.
Para evitar que tu gato se coma las plantas de tu casa, puedes ofrecerle hierbas para gato (a diferencia del catnip, estas hierbas son aptas para su consumo); en algunas tiendas especializadas, puedes encontrar bandejas ya germinadas o comprar una maceta preparada que incluya las semillas para hacer crecer dichas hierbas.
Otra excelente opción es cultivar tu propia hierba para gatos. Lo único que necesitas es sembrar una gran cantidad de semillas de avena, trigo o alpiste en una maceta mediana y cubrirla con papel film para que el calor ayude al crecimiento. En tan solo 3 a 10 días comenzarás a ver los brotes.
Y para que tu gato no siga dañando las plantas de tu hogar, puedes comprar un repelente de gatos (lo encuentras en el mercado), o bien, rociar las plantas con agua de limón o naranja, pues estos aromas repelen a los gatos de forma muy efectiva (en un recipiente mete cáscaras de estos cítricos y deja reposar toda la noche).
Algunas personas también utilizan pimienta espolvoreada por todas las plantas; el fuerte aroma de esta especia alejará a tu michi en definitiva.