A un amigo se le puede confiar de todo, hasta el más profundo secreto, pero hay que entender que este tipo de amistades tan entrañables en realidad son bastante escasas, no por nada dicen que a los verdaderos amigos los cuentas con los dedos de una sola mano.
Y esta idea se comprueba gracias a un estudio realizado por el MIT, en colaboración con la Universidad de Tel-Aviv, donde se descubrió que a pesar de que la mayoría de las personas asume que sus amistades son recíprocas, no lo son.
La mayoría de las personas podría pensar que “cuando uno considera a otra persona como su amigo, la expectativa común es que esta otra persona también lo vea como su amigo”. No obstante, esto no es del todo cierto ya que aproximadamente la mitad de las personas con las que crees tener una amistad no piensan lo mismo.
“Descubrimos que se espera que la gran mayoría de las amistades sean recíprocas, mientras que, en realidad, solo la mitad de ellas lo son”, menciona el estudio.
Para comprobarlo, los investigadores encuestaron a estudiantes de Estados Unidos, Europa e Israel y utilizaron análisis de estudios previos. Los resultados arrojados mostraron que en general las personas tienen una percepción muy pobre de lo que significa la amistad, la reciprocidad y los vínculos que crean con el prójimo.
“Estos hallazgos sugieren una profunda incapacidad de las personas para percibir la reciprocidad de la amistad”.
El estudio sugiere que esta dificultad por distinguir si una relación es mutua o no, se debe principalmente porque las personas no están dispuestas a pensar que tal vez uno es el del problema o si es su forma de ser la que influye en la carencia de la relación.
Con esto, se nos invita a todos como seres humanos a hacer un ejercicio de introspección para así valorar cuantas de las personas que consideramos amigos realmente lo son y de igual forma, saber si uno mismo o misma es buen amigo o amiga.
¿Te sientes querido o querida por todas las personas a quienes llamas amigos?