La alcalosis es el exceso de alcalinidad sanguínea causada por un exceso de bicarbonato en el organismo o una pérdida de ácido en la sangre, pero también puede suceder por una concentración baja de dióxido de carbono por una respiración rápida o profunda que se genera en un ataque de pánico o ansiedad.

La alcalosis metabólica, se desarrolla cuando el organismo pierde demasiado ácido o acumula demasiada base, por ejemplo, el ácido del estómago se pierde cuando existen vómitos repetidos o cuando se aspira el ácido del estómago con una sonda debido a algún problema de salud.

Asimismo, puede desarrollarse cuando sucede una pérdida excesiva de sodio o potasio que a su vez afecta a la capacidad renal para controlar el equilibrio de ácido y base de la sangre, por ejemplo, una pérdida de potasio puede ser consecuencia de la hiperactividad de una glándula suprarrenal o del uso de diuréticos.

De acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General, este padecimiento puede causar irritabilidad, espasmos musculares, o bien, no causar ningún síntoma. En los casos más graves pueden producirse contracciones prolongadas.

El médico evalúa el equilibrio ácido-base de una persona mediante la medición del PH, y los niveles de dióxido de carbono y bicarbonato en la sangre. Para averiguar más sobre la causa, también se miden las concentraciones de electrólitos en muestras de sangre y orina.

Por lo general, el tratamiento de la alcalosis metabólica consiste en reponer el agua y los electrólitos, es poco frecuente que sea grave, en esos casos se administra ácido diluido por vía intravenosa.

En el caso de la alcalosis respiratoria, el primer paso es asegurarse de que la persona tiene suficiente oxígeno, si el dolor es la causa de la respiración rápida, suele ser suficiente con aliviarlo. Cuando es consecuencia de la ansiedad o de un ataque de pánico, el esfuerzo consciente por tranquilizarse y ralentizar la respiración puede provocar que la anomalía desaparezca.

Por lo anterior, es esencial prestarle apoyo emocional para que la persona se tranquilice, pedirle que respire con ayuda de una bolsa de papel también ayuda a aumentar el contenido de dióxido de carbono de la sangre, ya que este se vuelve a aspirar tras haberlo expulsado.