El labio leporino es una malformación que puede ser causada por factores genéticos. También se llama fisura labiopalatal —el labio superior del bebé tiene una hendidura— y afecta al habla e incluso a la succión de la leche materna. Esta deformación tiene tratamiento y, por lo general, el diagnóstico se hace durante el embarazo.
El labio leporino puede ser diagnosticado durante el embarazo
Según el Dr. Paulo Marinho, ginecólogo y obstetra, dijo que es posible descubrir si el bebé tendrá esa malformación. Dependiendo del tamaño de la fisura, el diagnóstico se puede hacer en el prenatal, por ultrasonido. Durante el examen, que generalmente se realiza a partir de la semana 20 de gestación, se estudian diversas áreas del cuerpo del bebé, incluyendo posibles lesiones en los labios.
Pero, según el médico, en algunos casos esa anomalía no se percibe: «En casos raros, las lesiones pueden pasar desapercibidas por ser pequeñas o porque el bebé está en una posición desfavorable en el momento del examen. Sin embargo, a la hora del parto se identifican».
Dificultades del bebé con fisura labiopalatina
Con una fisura en el labio, el bebé puede tener dificultades para succionar la leche de la madre durante la lactancia. Si el problema no se corrige, hay riesgos de que el niño tenga el habla afectado, además de problemas auditivos en el futuro.
Los trastornos respiratorios como la rinitis y la sinusitis también son frecuentes en estos casos. Los especialistas dicen que la dentición también se ve afectada, y que los dientes pueden crecer fuera de tiempo y hasta en diferentes posiciones.
Tratamiento de labios leporino
Cuando es tratado, no trae mayor problema. Según el Dr. Marinho, es recomendable que la malformación sea corregida lo más rápido posible, y explica que algunos procedimientos pueden comenzar en las primeras horas de vida.
«Una intervención no quirúrgica permitirá que el bebé respire con más facilidad, y muchas veces consiga tomar leche, del pecho o del biberón, con un menor riesgo de aspirar para el pulmón. La cirugía se hace después junto con otros profesionales», explica el Dr. Marinho.
Los procedimientos quirúrgicos se realizan después de los tres meses. El tratamiento consiste en una serie de cirugías y, por lo tanto, lleva tiempo. Normalmente, los médicos acompañan al niño hasta la edad adulta para verificar si hubo cambios con el crecimiento de la cara.
Para prevenir esta y otras malformaciones en el bebé, el médico recomienda hábitos saludables durante la gestación, como no consumir alcohol, drogas o medicamentos (sin aprobación de un médico) y seguir una dieta balanceada.