Los efectos de una mala noche pueden evitarse con sólo una cucharada...
Una cucharada diaria hace y mejora en tu cuerpo lo que ningún otro elemento. No sé trata de un remedio, sino de un hábito que deberías comenzar a desarrollar.
Reduce el apetito
De acuerdo a un estudio recientemente publicado por la revista American Journal of Nutrition, aderezar las ensaladas u otras comidas con aceite de oliva aumenta el flujo de sangre en las áreas cerebrales asociadas a la sensación de satisfacción. Es decir, reduce el apetito.
Evita el estreñimiento
El aceite de oliva mejora la lubricación de la mucosa digestiva y activa la función del hígado y la vesícula. Esto ayuda a la motilidad intestinal y libera al cuerpo de toxinas.
Regulariza las funciones digestivas después de consumir alcohol
Diversas investigaciones en todo el mundo han concluido que dormir pocas horas aumenta los niveles de leptina y retarda el proceso digestivo, pero una cucharada de aceite de oliva soluciona estos problemas y ayuda a reducir los síntomas de la resaca.
Reduce los niveles de colesterol
Los ácidos grasos del aceite de oliva ayuda a regular los niveles de LDL —colesterol— en la sangre.
Aminora los riesgos de hipertensión
El oliva contiene polifenoles y ácido oleico, lo cual disminuye las posibilidades de sufrir hipertensión.
Mejora las funciones metabólicas
El aceite de oliva favorece la formación de membranas celulares y el tejido cerebral, lo cual ayuda a tener mejoras cognitivas y a optimizar las funciones metabólicas.
Desinflama
El oleocantal es un componente orgánico natural del aceite de oliva que aporta acciones antiinflamatorias parecidas al ibuprofeno.
Ayuda como antioxidante
Este elemento también funge como antioxidante, ya que disminuye el envejecimiento de la membrana celular gracias a su contenido de vitamina E.
Una vez que hayas incluido el aceite de oliva a tu dieta te recomendamos leer cuáles son los alimentos que puedes comer diario porque no tienen calorías para seguir cuidando de tu cuerpo y salud.