Los compuestos químicos que se utilizan para hacer más blando y resistente el plástico generan problemas a la salud.
Todos los días tenemos contacto con elementos de plástico como el reloj que llevas en tu muñeca, tu celular, el despertador, el teclado de tu computadora, cuando vas al supermercado o esta mañana, cuando te maquillaste con un cosmético o usaste el termo con agua caliente para tomar mate. Como estamos expuestos de manera permanente, estamos convencidos de que el plástico es seguro.
La industria del plástico gana aproximadamente 800 billones de euros por año. Y la producción total de este compuesto desde que comenzó su producción masiva hace 50 años es equivalente a envolver con bolsas de plástico 6 veces la Tierra.
¿Sabías que los ftalatos o ésteres de ácido ftálico causan infertilidad? No te asustes, pero es una realidad que estos compuestos químicos que se utilizan para hacer más blando y resistente el PVC (policloruro de vinilo) generan este problema de salud.
El químico conocido como bisfenol A o BPA se utiliza en plásticos para hacer los contenedores también conocidos como tápers, entre tantos otros productos. En realidad, es el compuesto químico al cual estamos más expuestos y está presente en los productos que mencionamos antes, y muchos más. Este plástico también se ha demostrado que genera alteraciones en el sistema endócrino, el encargado de secretar hormonas en nuestro cuerpo.
Se demostró que los plásticos pueden dañar el ADN (ácido desoxirribonucleico) de los espermatozoides, lo que causa una menor calidad de estas células reproductoras masculinas, generado un problema de infertilidad masculina. Según un estudio publicado en mayo de 2014, el impacto negativo que genera es reducir la tasa de fecundación un 20%. Un dato significativo y preocupante, ya que estamos en contacto todos los días con este tipo de productos.
Otro estudio científico del 2012 confirmó resultados previamente publicados que demostraron que altos niveles de BPA en orina se asocian a una menor respuesta por parte del ovario, un menor número de óvulos fecundados, y una disminución en la formación de embriones, especialmente en mujeres que estaban bajo tratamiento de fertilización asistida. Otro estudio en 2013demostró que el BPA causa afectación de la división celular de los óvulos y de los cromosomas presentes en estas células.
Hay evidencias que demuestran que hay un deterioro en la calidad del semen en los últimos 50 años. El motivo no es solamente la falta de tiempo, el estrés, y poner la libido en otros ámbitos. Una de las causas más relevantes podría ser la introducción masiva de los plásticos en nuestra vida.
Estos químicos se eliminan rápido de nuestro cuerpo, lo que hace que haya menos probabilidades de generar toxicidad. Pero el problema surge porque tenemos contacto de manera constante con el plástico, ya que está presente en diferentes tipos de cosméticos, envases, bolsas, detergentes, productos de limpieza, tuberías, gafas de sol, y hasta en algunos medicamentos con capa entérica, una cápsula transparente que contiene múltiples fragmentos redondos minúsculos del fármaco.
Estamos tan expuestos que se ha demostrado la presencia de BPA en sangre, orina, e inclusive en leche materna de mujeres embarazadas. Según un estudio publicado en 2008, el 93% de las muestras de orina de 2500 adultos analizados tenían niveles representativos de BPA.
En algunos países se ha prohibido su utilización en la fabricación de juguetes o en productos para niños como biberones, platos o vasos de plástico. Lo que demuestra preocupación a dicha exposición.
Según un estudio recientemente presentado en junio 2014, el plástico también podría ser un factor de riesgo para el cáncer de mama, y a su vez afectaría el tratamiento con quimioterapia, otro motivo por el cual las mujeres tienen que estar alertas -además del comprobado efecto negativo en el campo reproductivo-.
Algunas recomendaciones para poder tener el menor contacto posible con los ftalatos o BPA es leer las etiquetas de los cosméticos, y no consumir aquellos productos que contengan estos compuestos, una tarea difícil. Pero bueno, es una elección que puede hacer cada uno.
Y otra muy práctica es evitar calentar comida o líquido en envases o vasos de plástico, ya que el calor del microondas genera que estos compuestos químicos se transfieran a los alimentos o bebidas, como puede ser una sopa. Por el mismo motivo, se desaconseja dejar botellas de agua en los autos, donde puedan calentarse con el ambiente cerrado o por los rayos del sol.
También la FDA (Food and Drug Administration), ente estatal que regula los alimentos y medicamentos de los Estados Unidos, recomienda no poner agua muy caliente o hirviendo en un contenedor de plástico. Por ese motivo, los termos que se utilizan para el mate son de plástico, pero tienen en su interior el contenedor de vidrio para el agua caliente. Según los expertos, estos serían los mecanismos por el cual el cuerpo absorbería la mayor cantidad de plástico a partir del consumo de estos alimentos o bebidas.
Es difícil evitar el contacto definitivo con el plástico, pero aprender de los problemas que causa en nuestra salud es realmente beneficioso. Nos estimula a estar atentos y prevenir acciones que hacemos de manera automática frecuentemente, como calentar la comida en estos contenedores. Es un dato sumamente importante, ya que con un solo cambio de hábito podemos generar un gran impacto en nuestro cuerpo. ¡Solo depende de nosotros!